La economía argentina encabeza la preocupación de la mayoría de los ciudadanos, que en mayor o menor medida afrontan los embates de un proceso que promete llevar a la estabilidad financiera, un objetivo que se convirtió en prioritario para el país. Este fin de semana, en el marco de una cena organizada por la empresa Plem Silajes, el economista rosarino Salvador Di Stefano estuvo en General Ramírez, brindando una conferencia con críticas y avales hacia las decisiones del gobierno nacional.

En declaraciones a FM Estación Plus 94.3, Di Stefano denotó favorables expectativas: “Gracias a Dios están pasando cosas muy buenas para el sector productivo, porque hace un año atrás teníamos un tipo de cambio en $15 y ahora lo tenemos en $40. Nos viene bárbaro, porque la mayoría de los productos que producimos, los exportamos. Es cierto que hay sectores como el de la naranja o la mandarina, que no han podido trasladar la dolarización a sus productos, pero en su gran mayoría, la ganadería, el pollo, huevo y hasta el tambo, más tarde que temprano, se va a terminar trasladando y más directamente en los sectores agrícolas. Lo que estoy avizorando es un escenario donde los márgenes de rentabilidad van a mejorar notablemente”.

Continuando con esa línea de pensamiento y refrendando lo que habían sido sus vaticinios a principios de esta gestión de gobierno, el conocido analista y asesor económico expresó: “Yo en el 2016 ya planteaba que el dólar tenía que estar en $20 y en aquél entonces, nos trataron de locos. Sin embargo, hoy estamos viendo que ya en ese momento tenía que estar recontra alto. Sucede que cuánto más alto esté el dólar, mejor es para los sectores productivos. Ahora se ha llegado a estos niveles de precios, porque hay una gran desconfianza en el momento en que se vive, pero no dudo que entre $45 y $50 va a encontrar una cifra de referencia”.

Di Stefano cuestionó el modo en que el gobierno nacional tomó la secuencia de medidas: “El gobierno se equivocó, cometió un montón de errores”, criticó y agregó: “El mayor es no haber hecho un diagnóstico claro de la herencia que recibió. Todo lo que el gobierno no hizo en enero de 2016, lo está haciendo ahora. No podíamos seguir con un déficit como el que teníamos, en un escenario donde las importaciones eran más altas que las exportaciones, donde la gente se iba al exterior a veranear y no lo hacía en Argentina. Dos años y medio se demoró el ajuste, ahora lo está haciendo todo junto, de golpe”.

Con la mirada puesta en el futuro, el economista anunció que habrá realidades bien marcadas y al respecto, diferenció los probables escenarios: “Tenemos un país que son dos países en uno. Uno mira los noticieros de Capital Federal y observa que se está quejando todo el mundo, porque son una ciudad de servicios, no productiva. Son una ciudad de subsidios. Uno viene al interior y con este tipo de cambio, no ve la gente con cara de mala o enojada. Somos dos países distintos. Para el que produce y está ligado al comercio exterior, un tipo de cambio alto lo favorece notablemente y así las ciudades del interior están mejor. Hay que entender que hay dos economías: la urbana y las regionales. Para la urbana va a ser un mal año el 2018 y para las regionales un buen año. Capital no produce, el Conurbano poco y nosotros en el interior, mucho. Si todo eso se vende a buen precio, va a haber ganancias, el hombre de campo va a tomar mano de obra y va a invertir y genera el movimiento que Capital no lo va a vivir. Las perspectivas son para las urbanidades, muy floja y para esa gente no tenemos solución, va a ser así. A la regional hay que meterle todas las ganas y ponerle toda la inversión, porque el camino de salida de Argentina es la exportación, no el consumo interno. Hay que plantearse algún y día en serio, la siguiente cuestión: el PBI -que es la producción de bienes y servicios de una economía durante un año-, tiene varios componentes: consumo, inversión y exportación. Nosotros hace desde el 2011 estamos fogoneando el consumo y el PBI no crece. Cada vez estamos peor, porque crece cuando se exporta e invierte. Macri también se equivocó en eso, porque en los primeros dos años de gobierno estaba haciendo crecer el consumo y así no va a ningún lado, no hay crecimiento que sea sustentable, volvemos al punto de partida. En una casa, si todo lo que gana el jefe de familia te lo consumís y no arreglás las paredes, el baño o la cocina, en 5 años tu casa se cae a pedazos. Cuando trabajás fuera de tu casa, estás exportando tus servicios familiares y estás trayendo dinero. Si te quedás en tu casa, la realidad es muy distinta”.

A modo de síntesis, Di Stefano afirmó: “Vamos a tener que hacer un esfuerzo. El poder adquisitivo va a estar mal, el consumo también, pero hay que hacer un sacrificio en el 2018, todo el 2019 y así posiblemente en 2020 ó 2021 al mejoramiento lo vamos a empezar a ver”.