El 26 de noviembre tratarán en Casación la causa de la monja carmelita
La Cámara de Casación Penal fijó audiencia para el 26 de noviembre, a las 9:00. Inicialmente, esta audiencia para debatir el recurso había sido prevista para el martes 17 de marzo, pero la emergencia sanitaria y el dictado de una feria extraordinaria en la Justicia, hizo posponer el trámite. Al planteo lo hizo su abogado defensor, Miguel Cullen.
El 5 de julio de 2019, la monja Luisa Ester Toledo, ex priora del Convento Carmelitas Descalzas de Nogoyá, fue condenada a la pena de 3 años de prisión de cumplimiento efectivo en la Unidad Penal N° 6 de Paraná. El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay la halló culpable del delito de privación ilegítima de la libertad en perjuicio de las excarmelitas Silvia Albarenque y Roxana Peña, a quienes durante años impidió la salida del Carmelo, y a las que sometió a la aplicación de violencia, amenazas y tormentos que no estaban establecidos en las constituciones de la orden religiosa.
El tribunal morigeró la pena que había pedido el Ministerio Público Fiscal, 6 años y medio, por cuanto consideró la avanzada edad de Toledo, su estado de salud y el hecho de haber vivido casi toda su vida enclaustrada en un convento. En su resolución, desechó los argumentos de la defensa, y consideró probados los hechos –el convento convertido en una cárcel “inexpugnable”, con cámaras de seguridad, cerco perimetral de alambre de púa y vidrio molido, muchas puertas con llaves, la existencia de vigilancia en el “locutorio”, el lugar donde las religiosas del claustro recibían visitas-, y condenó a la monja por el delito de privación ilegítima de la libertad agravada bajo la utilización de violencia y amenazas, publicó en su informe Entre Ríos Ahora.
Toledo negó, de plano, haber aplicado tormentos a las dos monjas que la denunciaron ante la Justicia, Roxana Peña y Silvia Albarenque, y aseguró que siempre se ciñó a lo que establecen las constituciones de la orden de las carmelitas descalzas, “aprobadas” por el extinto papa Juan Pablo II. “Nunca actué de esa manera”, aseguró, al negar la aplicación de tormentos en la casa religiosa.