Se trató de una contundente reacción ante una nota que publicó la Congregación para la Doctrina de la Fe, en donde recalcaba que consideraba la homosexualidad como “un pecado”. El Vaticano también avaló esa postura. 

De esta manera, alrededor de 2.600 sacerdotes y 250 teólogos firmaron una petición en la que se posicionaron abiertamente en contra del Vaticano. Se entendió socialmente como un desafío en las esferas más íntimas.

Allí denunciaron una “falta de profundidad teológica, comprensión hermenéutica y rigurosidad argumentativa”, como también “un aire de superioridad paternalista que discrimina a las personas homosexuales”. “Las parejas enamoradas del mismo sexo no valen menos ante Dios”, aseveraban.

A través de las redes sociales, los curas instaron a la “desobediencia”, difundieron su postura y compartieron las bendiciones de parejas gays y lesbianas, consignó Cadena3. 

“Respetamos y valoramos su amor, y también creemos que las bendiciones de Dios están sobre ellos”, dijeron en una declaración. 

Incluso armaron un sitio web que incluye recomendaciones litúrgicas para la celebración de las ceremonias, como una selección de pasajes de la Biblia, himnos y oraciones.