En un balance del juicio que se desarrolló esta semana, Uriburu adelantó que el lunes, a la hora de los alegatos, “se pedirá una pena de 25 años de prisión”. El funcionario destacó la coincidencia en ese aspecto con la querella y resaltó el trabajo complementario que realizaron ambas partes acusatorias. También afirmó que “tanto la Fiscalía como la querella” tienen “la misma visión del juicio respecto a que todos los testigos que se presentaron –incluso los que acercó la defensa– permiten mantener la hipótesis que sostuvimos desde el inicio: que Escobar Gaviria en las oportunidades descriptas en cada imputación es el autor material y responsable de los delitos que se le imputaron y en el juicio se logró reproducir la prueba la que el lunes se expondrá en un grado de certeza”.
Uriburu también confirmó además que se solicitará el inicio de otra causa por falso testimonio en relación a un testigo “que dijo ser solo conocido del cura” cuando en realidad posee un vehículo “que tiene tarjeta azul extendida a nombre del cura, con lo cual se establece una relación más de confianza”.
“Estamos hablando de gente que vino a declarar a favor del cura a cualquier costo”, reflexionó el fiscal.
Sobre la actitud del sacerdote, mencionó que “en ningún momento emitió palabras, salvo el miércoles cuando la madre de una víctima entró al salón y lo miró a los ojos y allí el padre Escobar Gaviria manifestó que la testigo lo estaba intimidando con la mirada”. “Fue la única vez que habló espontáneamente, sin que el Tribunal le pregunte algo. Fue una reacción llamativa de él y entiendo que no pudo controlarse ante esa mirada”, analizó.