Por abusos condenaron y encarcelaron a un sacerdote
El proceso, que se llevó adelante en los Tribunales de Paraná bajo estricta reserva, culminó a principios de diciembre último, cuando el juez Rafael Cotorruelo, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones, refrendó el acuerdo de juicio abreviado, con lo cual el sacerdote aceptó haber cometido esos delitos y fue a parar a la Unidad Penal N° 1.
La causa, caratulada «López José María s/Abuso sexual gravemente ultrajante. Agravado», fue tramitada por el fiscal Leandro Dato, de la Unidad Fiscal de Abuso Sexual y Violencia de Género.
Los hechos tendrían relación con uno de los destinos pastorales que tuvo el cura López, en la parroquia San Miguel, de la ciudad de Bovril -a 125 kilómetros de Paraná, en el departamento La Paz-, y no trascendió públicamente hasta ahora porque las víctimas pidieron expresamente que sus nombres fueran preservados en el proceso judicial.
López, de 60 años, nació en Paraná el 7 de agosto de 1963, y fue ordenado cura por el ahora arzobispo emérito Estanislao Esteban Karlic el 3 de diciembre de 1992.
A lo largo de su trayectoria sacerdotal -también estuvo destinado en la parroquia San José Obrero, de Paraná: allí permaneció 13 años- se ha visto envuelto en diferentes escándalos. Entre la feligresía creció la sospecha de sus hábitos reprochables, como apostar en el juego, al punto que algunos lo bautizaron como «el cura timbero».
«Durante la pandemia y cuando no tenía comunidad a cargo, ofrecía oración a cambio de depositar plata en una caja de ahorro. No tenía comunidad a cargo pero sí vivía en una parroquia a expensas de una comunidad», contó alguien que conoció sus andanzas.
Extraoficialmente se conoció que fueron tres hechos por los que el cura López fue denunciado.
Extrañamente, la Iglesia de Paraná no dio a conocer ninguna información respecto de este caso ni qué decisión adoptó respecto de la permanencia de López dentro del clero paranaense, como sí lo ha hecho en los casos de los curas ya condenados por abuso Juan Diego Escobar Gaviria y Justo José Ilarraz.
Escobar Gaviria, que fue párroco en San Lucas Evangelista, de Lucas González, en el departamento Nogoyá, recibió dos condenas, a 23 años de prisón y a 11 años de cárcel. Desde 2017 está alojado en la Unidad Penal de Victoria. En 2023 se conoció la sanción canónica que le impuso la Iglesia al sacerdote. La resolución final sobre la condena está a análisis de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ).
El 21 de mayo de 2018, el cura Justo José Ilarraz fue condenado a 25 años de prisión al encontrarlo la Justicia responsable de cinco casos de corrupción de menores agravada y dos casos de abuso deshonesto, hechos que ocurrieron en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo durante los años en los que el cura ejerció como prefecto de disciplina, entre 1985 y 1993. Desde entonces, desde hace cinco años, está con arresto domiciliario en un departamento del sexto piso de un edificio ubicado en Corrientes al 300, justo enfrente de la Escuela Secundadria Domingo Faustino Sarmiento, en Paraná.
Su caso está en la Corte Suprema de Justicia de la Nación con un planteo de prescripción que todavía no ha sido resuelto.
Entre Ríos Ahora