Córdoba autorizó la caza de ciervos y jabalíes para controlar especies invasoras

El Ministerio de Ambiente y Economía Circular de la provincia de Córdoba anunció el miércoles la autorización para la caza deportiva de jabalíes europeos y tres especies de ciervos (colorado, axis y dama), clasificados como especies exóticas invasoras debido al impacto ambiental y productivo que generan.
Esta medida, que no es nueva en la provincia, busca controlar la reproducción descontrolada de estas especies, que carecen de depredadores naturales en la región, según explicó Miguel Magnasco, subsecretario de Biodiversidad provincial.
Magnasco detalló en diálogo conCadena 3 que estas especies, introducidas en Argentina a principios del siglo XX desde Europa (jabalí, ciervo colorado y dama) y Asia (ciervo axis), se convirtieron en una plaga al no tener depredadores naturales, como osos o lobos, que regulen sus poblaciones. "La reproducción descontrolada genera problemas ambientales y productivos. Los ciervos, que son herbívoros, y el jabalí, omnívoro, devoran vegetación nativa y animales, destruyen el suelo y desplazan a la fauna autóctona, como la corzuela parda y el pecarí de collar, que están en riesgo", afirmó.
La corzuela parda, según estudios realizados con universidades nacionales, está en alto riesgo de extinción en Córdoba, mientras que el pecarí de collar, nativo de la provincia, también sufre la competencia con estas especies invasoras.
Magnasco destacó un caso en Calamuchita, donde una cosecha entera de viñedos, premiada con medalla de oro en 2023, fue destruida por jabalíes, ilustrando el impacto en la producción agropecuaria. Además, mencionó que en la laguna de Mar Chiquita, los jabalíes están afectando a los flamencos rosados al consumir sus huevos, un símbolo de la biodiversidad cordobesa.
Para regular la actividad, el Ministerio estableció un mapa con zonas específicas: áreas rojas, como reservas urbanas y zonas cercanas a grandes ciudades, donde la caza está prohibida; zonas amarillas, donde solo se permiten armas de corto alcance (sin estrías en el cañón); y zonas verdes, en espacios rurales abiertos, donde se autorizan fusiles con estrictos controles. "No se permite el uso de métodos crueles, como la caza con perros, y trabajamos con asociaciones de cazadores para capacitarlos en la identificación de fauna nativa y evitar errores", señaló Magnasco.
La licencia de caza deportiva, que el funcionario aclaró que se enmarca en un enfoque de "control biológico", se obtiene a través del Ministerio de Ambiente tras abonar un monto y presentar la documentación que acredite la portación legítima de armas. Magnasco subrayó que la medida, aunque "antipática" para muchos, es preventiva y busca evitar que la situación se agrave, como ocurrió en otras provincias como Entre Ríos, donde el ciervo axis ya fue declarado plaga, o en Río Negro, con el visón americano y el castor, que destruyó 30.000 hectáreas de vegetación nativa.
Respondiendo a inquietudes sobre el uso de los animales cazados, Magnasco indicó que los ciervos y jabalíes pueden destinarse al consumo humano, siempre bajo estrictas regulaciones sanitarias de Senasa, incluyendo controles para prevenir enfermedades como la triquinosis en el caso del jabalí. "Estamos evaluando alternativas para aprovecharlos como alimento, especialmente en zonas críticas como Calamuchita o el noroeste, donde el jabalí está causando destrozos descomunales", agregó.
El subsecretario, quien se definió como un amante de la naturaleza, reconoció que la caza no es un método agradable, pero lo consideró "lo menos peor" frente a los daños irreversibles que estas especies provocan. “Es una responsabilidad del gobierno proteger la fauna y flora nativa, que nos brindan servicios ecosistémicos esenciales, como la prevención de erosión, la calidad del aire y del suelo. Lamentablemente, nos toca corregir los errores del pasado, cuando se introdujeron estas especies sin medir las consecuencias”, concluyó.
La resolución, que incluye mapas y anexos detallados, está disponible para consulta pública. La medida generó opiniones divididas entre quienes apoyan el control biológico y quienes cuestionan la caza como método, pero Magnasco enfatizó que la prioridad es preservar la biodiversidad cordobesa para las generaciones futuras.