El trasfondo del conflicto entre dos familias que vivían a metros de distancia, separados por calle Gobernador Parera, aún no está del todo claro. Pero sí se sabe que la intención de los Giampietri era echar a los Sotelo de las viviendas y terrenos que ocupan en el barrio Juan Pablo II, de Paraná. Por este motivo, en horas de la madrugada de ayer comenzaron a cruzarse insultos, siguieron piedrazos, botellazos y finalmente tiros. Ángel Juan Ignacio Jerez, de 20 años, del grupo de los Sotelo, terminó asesinado de un balazo, y tres integrantes de la familia vecina quedaron detenidos por el crimen.

La violencia viene recrudeciendo en distintos lugares de la capital provincial, y esta vez fue la zona sur el centro de las balaceras. Según se informó a UNO, el conflicto comenzó en plena madrugada, con las increpadas de los Giampietri hacia sus contrincantes, que incluso llegaron a incendiar una de sus viviendas.

Alrededor de las 5 la guerra ya estaba declarada, y cada grupo comenzó a pedir refuerzos para la batalla a distintos allegados que viven en otros lugares de la ciudad. Uno de los que fueron a asistir a los Giampietri es Nicolás Suazo, del barrio El Radar.

Finalmente, a las 6.30, Jerez cayó herido de un disparo de arma de fuego en el abdomen. Lo trasladaron de urgencia al hospital San Martín, donde falleció unos minutos después.

En el lugar del hecho se hizo presente la fiscal Mercedes Nin, quien dirigió la investigación con personal de la comisaría 15ª, de la División Homicidios y la Dirección Criminalística, así como autoridades de la Jefatura Departamental Paraná. Entrevistaron a numerosos testigos que permitieron apuntar las sospechas contra los presuntos autores del asesinato. Al menos siete integrantes del grupo familiar Sotelo, que presenciaron el violento episodio, señalaron a Cristian Rubén Giampietri, de 40 años, como el principal agresor, así como a Daniel Nicolás Suazo, de 34.

Con estos elementos, la fiscal ordenó la detención de ambos, y también quedó supeditado a la causa un adolescente, cuya situación se analizará a medida que se vayan incorporando más pruebas a la causa. Giampietri y Suazo fueron arrestados en sus viviendas por personal de la comisaría 15ª y de la División Homicidios respectivamente, les practicaron la prueba de dermotest y los trasladaron a la Alcaidía de Tribunales,.

En tanto, se dispuso el traslado del cuerpo de la víctima a la morgue judicial de Oro Verde para la autopsia. En la escena del crimen se levantó evidencia balística, vainas servidas, parte de un revólver, y manchas aparentes de sangre en el lugar donde fue herida la víctima.

La zona donde ocurrió el hecho quedó blindada con presencia policial, y en horas de la tarde de ayer la historia terminó como cada vez que una muerte pone fin a un conflicto barrial: los Giampietri abandonaron el barrio Juan Pablo II tras vender su vivienda y se radicaron en la casa de una familiar del barrio Gaucho Rivero, según informaron fuentes policiales.

Asimismo, se indicó que Suazo ya cuenta con una muerte en su haber: el 20 de diciembre de 2006 asesinó a Elías Emeri en un pasillo ubicado entre calles Longo y Celia Torrá, del barrio Lomas del Mirador II. Fue en plena tarde, cuando tras una discusión lo ejecutó de un balazo con una pistola 9 milímetros. Según narra la crónica policial de UNO, más de 200 vecinos se alzaron en el barrio, intentaron hacer justicia por mano propia e incluso quisieron incendiar la vivienda del acusado. Por ese crimen, Suazo fue condenado a 13 años de prisión.

Por su parte, se indicó que Giampietri tuvo varios ingresos en la Policía por hurtos, amenazas calificadas y abuso de armas. Su hermano fue asesinado en 2009, en la placita del barrio Mosconi II de Paraná, hecho por el cual se imputó a Pan Chico Quintana.

En las próximas horas, los dos detenidos serán imputados en la Fiscalía por el delito de Homicidio simple, y luego la acusación solicitaría al Juzgado de Garantías la prisión preventiva en la Unidad Penal N° 1 para ambos.

En las redes sociales, familiares de la víctima pidieron justicia por Ángel Jerez, en tanto que vecinos de este sector de Paraná, lindante al barrio Capibá, esperan que se desarme a los violentos para prevenir más tiroteos.