Los sorprendentes motivos de porque los perros orinan las llantas de los vehículos

Parece que es matemático y no suele fallar, salís a la calle a pasear tu perro/a y en cuanto te descuidas ya se está acercando a un coche para olfatear y acto seguido deja su rastro en la rueda del vehículo.

La respuesta a nuestra pregunta en cuestión: no se debe a que el material que forma las ruedas de los coches les llamen la atención, todo se debe a que con el movimiento del coche las ruedas se van impregnando de olores que van recogiendo en las diferentes carreteras, caminos o lugares por los que pasan. El olfato de los perros es uno de los sentidos más potentes.

Un coche recorre muchos kilómetros a lo largo de su vida y esto representa cientos de zonas donde los perros quieren hacerse notar. Cuantos más olores perciban los perros en un sitio, más ganas tiene de marcar su territorio, por eso los neumáticos son para los perros un paraíso de los olores.

Además de la respuesta ya mencionada, existen otras teorías para terminar de contestar la incógnita:

TEORÍA DE LA RELACIÓN CON EL ENTORNO:

Un perro que vive en la ciudad, que camina y atraviesa sus calles, pasa por estacionamientos e incluso viaja en auto a menudo, seguro relacionará a los autos como un medio de transporte u objetos que se mueven por cuenta propia lo cual las llantas de dichos vehículos siempre están al alcance de los perros y eso las hace parte de un inevitable ritual de: pasar, oler y dejar la huella de que "este Super Cachorro también estuvo aquí" . No importará si el auto que "marcan" es el suyo o no, lo que importa es que ellos saben que el auto viene y va y que otros perros podrán olfatearlo también.

TEORÍA CIENTÍFICA Y QUÍMICA: 

Cuando un auto está en uso, los neumáticos se calientan y al estacionarlo lleva tiempo para que el hule se enfrí­e. El hule o goma de las llantas es cien por ciento sintético y al calentarse emana una sustancia quí­mica. Cuando un perro camina cerca de un auto recién apagado o estacionado el olor de dicho material quí­mico que emana la goma de las llantas, entrará en su cavidad nasal llegando hasta la corteza frontal del cerebro (encargada de la orina) y este estímulo disparará las ganas de ir al baño.