Bomberos de Crespo en Córdoba: Desde hacer contrafuegos hasta asistir animalitos que huyen de las llamas
Iván Ríos y Pablo Schwindt estuvieron días pasados integrando la delegación que la Federación Entrerriana de Bomberos Voluntarios envió a Córdoba, en colaboración para la sofocación de focos ígneos, conforme los lineamientos del Consejo Nacional.
Tras el regreso a Crespo, Schwindt reveló: "Estuvimos en los focos de Dean Funes. Gracias a Dios se trabajó bien y se pudo frenar el avance del fuego antes de que llegue al pueblo, que es el objetivo que se nos planteó. Fue una tarea conjunta con bomberos de Santa Fe, Policía Federal, y el ETAC (Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes, de Córdoba). Éramos más de 100 personas en esa línea, en una zona que está complicadísima por la sequía, con caminos estrechos -que de hecho pasaban de a un vehículo-, y nos sorprendió el viento que hay en la zona. Si bien escuchábamos y sabía que era uno de los factores que complicaba, no pensábamos que fuese tan fuerte y sostenido".
El bombero manifestó que "el panorama es muy, muy triste. Además de la inmensidad de superficie natural, hemos visto casas quemadas, y da mucha pena los animales, tanto salvajes como domésticos o de producción, como vacas, caballos. Son una constante ver ejemplares muertos y cuando aún es posible ayudar, se hace. Tuvimos la satisfacción de unas asistencias de rescate, como un chanchito jabalí, que venía corriendo del fuego -se notaba que era una cría y probablemente su madre quedó atrapada-; se le dió agua y se lo liberó en una zona con menos riesgos. Son anécdotas que nos traemos también".
Por estos días, la realización de contrafuegos es una arista controvertida. En tal sentido, el bombero brigadista crespense explicó: "Se habla de que el bombero quema, que amplía este problema y no es así. El contrafuego es una práctica técnica empleada para frenar el avance del fuego. En los cursos de brigadistas se adquiere como conocimiento e incluso se hace hincapié práctico en ello. En escenarios donde la intensidad del viento hace que las llamas se extiendan y se propaguen en una dimensión que se torna casi imposible de controlar -como es este caso-, se hace una quema con una antorcha y se va enfriando. Le llamamos 'línea negra'. Es para que al llegar el fuego, no tenga alimentación y no pase hasta donde están los vehículos de ataque o una ciudad".
"Es un fuego controlado, cuyo objetivo es consumir parte del material combustible en su camino, creando así un cinturón de fuego que dificulta el avance del incendio principal", resaltó. En algunos casos, también se emplean sustancias retardantes, para mejorar el efecto pretendido.
"Se evalúa la carga que puede adquirir el fuego, y se va enfriando por anticipado en sectores puntuales -ibres de vegetación inflamable-, para ir haciendo una barrera de contención; sino con el nivel de sequedad y otros factores, el nivel de combustión que adoptaría, sería imposible de frenarlo con agua", detalló.