El Padre Mario Taborda se sumó a la novena de Bajada Grande

Con gran alegría desde la parroquia Inmaculado Corazón de María de Bajada Grande informaron que se compartió este viernes, el octavo día de la novena y la Santa Misa fue presidida por el presbítero Mario Taborda.

La comunidad de Bajada se reunió luego con el sacerdote para compartir un encuentro fraterno y brindarle un presente en agradecimiento por su presencia, a quien fue párroco también en esta iglesia.

El padre Mario llegó a Bajada Grande en 2010 para ocuparse de la parroquia que venía llevando adelante desde hacía 35 años el padre Orlando Matiassi. Allí atendió la vida espiritual de la comunidad hasta 2018 que renunció a su cargo para ocuparse de la salud de su padre. Posteriormente, en 2019 se hizo cargo de la iglesia de San Benito donde sigue desarrollando su ministerio sacerdotal.

La novena del Inmaculado Corazón de María finalizará hoy con la misa de las 16, en el prado de la Cruz, que será presidida por el padre Ignacio Patat. La celebración tendrá como intención especial a los Grupos Scout y su lema "Seamos uno para que el mundo crea".

El Grupo Scout de la parroquia está integrado por los Exploradores del Inmaculado Corazón de María, que están siempre acompañando las actividades parroquiales y comparten con los vecinos espacios de exploración, participación y transformación de la realidad.

En tanto este domingo 11 de setiembre, tendrá lugar la tradicional procesión náutica con la imagen de la virgen.

Con salida a las 15.30 desde Prefectura para llegar alrededor de las 16 al Puerto de Los Miradores donde se celebrará la Santa Misa presidida por monseñor Juan Alberto Puiggari.

Para quienes quieran acompañar caminando, se realizará la procesión a pie que saldrá a las 15.30 desde la Virgen del Camino, ubicada en avenida Larramendi.

Todos confluirán hasta el muelle donde recibirán a la Virgen con pañuelos, bocinazos y aplausos para luego participar de la Santa Misa.

La procesión de Bajada es desde hace muchos años un gran momento de espiritualidad, sobre todo por lo que representó ese lugar de fe en el crecimiento de la Iglesia en Paraná, consignó Uno.