Trastornos alimentarios: Argentina es el segundo país con más casos
Se conmemora este 30 de noviembre el Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), un conjunto de enfermedades complejas que van más del peso y cuyo avance es preocupante: luego de Japón, Argentina es el país con más casos de trastornos alimentarios a nivel mundial, según un informe difundido a fines de 2021 por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia (ALUBA), que reveló además que a nivel país entre el 10% y el 15% de la población manifiesta alguno de los trastornos alimentarios, una cifra que se incrementó después de la pandemia. De esa totalidad, el 90% son mujeres y el 10% hombres.
En la mayoría de los casos, estos trastornos se desarrollan en la pubertad o preadolescencia, cuando la persona comienza a desarrollar otro tipo de rasgos corporales distintos a los que tenía. Sin embargo, también pueden desarrollarse en la adultez, y cada vez se suman más casos en la niñez.
Una de las instituciones que realizan una importante trabajo en torno a la prevención y el tratamiento de los trastornos alimentarios es la Fundación Centro, con sedes en la provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. La coordinadora general de la entidad, Soledad Moreno, licenciada en Psicología (MP 4643), dialogó con UNO y comentó: “En esta fecha la Fundación Centro intensifica su campaña de prevención y concientización en relación a los trastornos de la conducta alimentaria, como bulimia, anorexia, trastornos por el atracón, creyendo que es muy importante visibilizar los síntomas y lo que son estas enfermedades que cuyos casos se vienen intensificando, y esto se advirtió mucho más en la pandemia, no solamente en adolescentes y jóvenes, sino también en personas adultas”.
Con respecto a los principales síntomas a los que deben prestar atención los familiares de quien padece un trastorno alimentario, señaló: “Tenemos que estar atentos son las obsesiones, cuando se desarrollan alrededor de la conducta alimentaria, ya sea una dieta, restricciones en la comida; algunas obsesiones en relación a mirarse en el espejo, en los reflejos, estar muy pendiente de las medidas, así como también algunas conductas purgativas, como levantarse de la mesa y automáticamente ir al baño. En esta época cercana al verano es cuando además se incrementa la ida a los gimnasios y el exceso de actividad física, que también forman parte de la sintomatología en la conducta a lo que debemos atender”.
A su vez, explicó: “En relación al estado de ánimo, hay que observar la inestabilidad, cuando vemos que hay cambios de humor abruptos, entre el sentirse bien y estar abiertos, sociables, al aislamiento, al encerrarse; el ver que la persona tiende más a la intolerancia, a la irritabilidad o a la angustia, al desgano. Frente a esta sintomatología de la conducta alimentaria, tenemos que prestar atención y cualquier duda, hacer la consulta a nuestro centro o a los centros especializados, y no pensar en que estos desórdenes se solucionan con una atención nutricional. Hay que pensar estos desórdenes, en términos de trastornos psicológicos, emocionales, necesitan la atención de un equipo interdisciplinario”.
Asimismo, la especialista reflexionó: “Recordemos que no sólo somos un cuerpo, eso es un envase; sino que somos una totalidad y vinimos acá para estar al servicio de algo más grande, algo que disfrutamos y que tiene que ver con los proyectos de vida en el adolescente, en el joven, en el adulto: Entonces hay que prestar mucha atención a eso. Vivamos no solamente pensando en cuidar de nuestro cuerpo, que es muy importante, sino también de nuestra salud emocional”.
Por su parte, Ayelén Palavecino, secretaria y miembro de la comisión directiva de la Fundación Centro en la capital entrerriana, señaló que todo este mes vienen realizando actividades alusivas y de concientización por esta fecha, y también para celebrar los 23 años que la institución cumplió 4 de noviembre. La última fue el sábado, cuando hicieron un bingo en el que participaron las mamás voluntarias.
Palavecino comentó que en esta época del año suelen incrementarse las consultas y refirió: “En promedio, recibimos por mes aproximadamente entre 10 y 15 entrevistas de consulta, aunque depende mucho de la etapa del año en que nos encontremos, ya que por ahí a partir de septiembre en adelante, cuando ya comienza a cambiar el clima, a hacer calor, es cuando crecen las consultas, porque justamente es ahí cuando los padres comienzan a observar conductas relacionadas a las patologías alimentarias, como por ejemplo cuando hace calor y no se quieren sacar los abrigos; les cuesta sociabilizar, realizar actividades que las escuelas organizan, o salir con amigos, o les cuesta por ahí también acceder a un grupo con el que saben que van a compartir alimentos”.
“Eso es por un lado, pero por ahí en lo rutinario del día a día en sus casas, se da la restricción alimentaria, la selección de comidas, el ir al baño constantemente, porque justamente es ahí donde ellos pueden provocarse los vómitos; o el uso de laxantes. Y muchas veces pasa que se aíslan, se encierran, no se comunican, no transmiten lo que está pasando, si bien se nota. Porque por supuesto los padres toman conciencia de eso y asisten a las consultas porque notan que está pasando algo pero no lo manifiestan”, añadió.
Si bien al hablar de trastornos alimentarios muchas veces se piensa que es una problemática que afecta generalmente en chicas adolescentes, sin embargo puede afectar a personas de todas las edades. Al respecto, Ayelén señaló: “Muchas veces pasa que cuando ya son adultos, teniendo en cuenta la edad de 30 años en adelante, se acercan solos a realizar esta consulta y tener un diagnóstico para iniciar el tratamiento, pero justamente porque ya vienen arrastrando hace años esta enfermedad y toman conciencia de que necesitan ser asistidas. Por ahí en la franja etaria que va desde 18 hasta los 25 años sí necesitan el acompañamiento de sus padres, o de algún familiar, porque la toma de conciencia todavía no les llega, o no lo aceptan en realidad”.
Por otro lado, hizo hincapié en que la base del tratamiento es terapéutica. Según comentó Soledad Moreno, entre las sedes en Córdoba, Paraná, Santa Fe y Concepción del Uruguay cuentan con más de 60 profesionales, como médicos, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, que están al servicio de la persona que consulta y de su entorno. Sobre este punto, Palavecino subrayó: “Hay un equipo de terapeutas que acompaña siempre, además del psiquiatra, para el caso que se necesite una medicación, del médico clínico y de la nutricionista. Pero lo esencial de este tipo de tratamientos es el grupo de autoayuda. El paciente, cuando inicia el tratamiento, se suma a un grupo que ya está conformado por pacientes que también están hace poquito y otros que están hace un tiempo, pero con su etapa de tratamiento avanzada. Se trata de toda una red de contención, y no sólo es el paciente quien recibe ayuda mediante el grupo y el cuerpo de profesionales, sino también la familia. Es decir, que cuando se suman a la fundación también se van a encontrar con padres y madres, o hermanos, o parejas, que también están acompañando a los pacientes dentro del tratamiento y que tienen experiencia y herramientas para hacerlo”.
Por último, recordó que Fundación Centro funciona en Paraná en calle Courreges 456 de lunes a jueves de 8 a 17 horas, y los viernes de 8 a 13 horas. El teléfono de contacto es 0343-4221264, y desde hace un tiempo sumaron además otros servicios, como tratamientos para personas que presentan sobrepeso.