Gabriel Geist: "No veo voluntad ni de los productores ni del gobierno para discutir otro modelo productivo"

Productores entrerrianos protagonizaron este miércoles una movilización en el acceso al Túnel Subfluvial, reclamando que en forma urgente se les permita realizar aplicaciones en todo el territorio entrerriano. Mientras se define un posible nuevo decreto del gobierno provincial para sanear este conflicto, grupos ecologistas se expresan en disidencia. Como fuerza política y con contundencia, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y la Nueva Izquierda se proclaman en defensa de las prácticas agroecológicas. El ex candidato a diputado provincial, Gabriel Geist, en diálogo con FM Estación Plus Crespo, ratificó: "Apoyamos el decreto que prohíbe las fumigaciones terrestres y aéreas en los alrededores de las escuelas rurales".
Geist sostuvo que el debate debe reorientarse: "Lo que hay que discutir tiene que ver con el modelo productivo que se está implementando en este país, desde principios de la década del ’90, cuando comenzó el modelo de transgénicos y agrotóxicos. Y son agrotóxicos, no fitosanitarios como los llaman, queriendo para endulzar las palabras para que no se sepa bien de qué se trata. A este modelo lo instauró el menemismo, cuando Felipe Solá era ministro de Agricultura, que habilitó el uso del glifosato y transgénicos en la Argentina. A partir de ese momento comienza lo que conocemos hasta hoy. Del '88 al 2002, en Entre Ríos desaparecieron 5.000 establecimientos agropecuarios, la mayoría no tenía más de 120 hectáreas. La desaparición del pequeño productor es a causa de este modelo y no como consecuencia de las leyes que van en contra del mismo. Quiero dejar en claro que no va a ser por la prohibición de fumigar en los alrededores a las escuelas rurales que van a desaparecer los productores, están desapareciendo porque les están haciendo comprar los paquetes tecnológicos dolarizados, cada vez más caros y que les cuesta cada vez más".
Continuando con esa línea de pensamiento, el militante y educador agregó: "Tenemos que volver a un sistema que sea más ecológico, que no nos envenene, porque nos está afectando a todos. No sólo a quienes los aplican o dueños de campo, sino a toda la comunidad, desde alumnos y maestros de escuelas rurales hasta los que vivimos en la ciudad y consumimos esos alimentos que producen. No sólo queda en el campo, sino que se desparraman a varios kilómetros a la redonda".
El referente de Izquierda sostuvo que el pasaje de un sistema al otro debe ser apuntalado desde distintos sectores y ratificó que existen experiencias positivas en ese sentido: "No se trata de que los productores lo afronten solos, hay que hacerlo con ayuda desde el Estado, con financiamiento para que el productor pueda adaptarse a las nuevas condiciones que se le están exigiendo, pero no podemos seguir produciendo como estamos produciendo, porque esto es inviable desde lo sanitario, desde la producción, desde todos los aspectos. Hay ejemplos de agricultura tanto intensiva como extensiva, de trigo y maíz, en los que no se han utilizado veneno y que han dado muy buenos rindes. Hay otro tipo de agricultura, pasa que no se quiere tomar. Esto es lo que hay que discutir, no sólo en Entre Ríos o Argentina, sino a nivel mundial".
Cada sector brinda probanzas favorables hacia su postura, sobre lo cual Geist comentó: "Hay que decir también que hay investigaciones científicas que avalan esto que sostenemos. En 2018 se hicieron 832 trabajos científicos que dan cuenta de la toxicidad de los agrotóxicos. Hace poco falleció una maestra rural y desde AGMER se le dio difusión, porque falleció de cáncer por estar expuesta a los agrotóxicos. Las últimas investigaciones científicas demuestran que la exposición al glifosato no se da a conocer en la persona que lo recibe, pero sí en la segunda o tercera generación de esa persona. Es decir, que si una mujer embarazada está expuesta, tal vez a ella no le pase nada, pero al feto sí le puede afectar e incluso al hijo de ese feto cuando sea mayor y tenga su propia descendencia, también. Los efectos son lentos, que no le haya pasado nada a la persona que quedó expuesta una vez -y hay que ver la intensidad y la frecuencia-, no significa que no dañe. En EE.UU hoy hay más de 13.000 juicios contra Bayer-Monsanto que es la principal productora de estos paquetes de agronegocios, por personas expuestas al glifosato. Algunos juicios ya han salido con sentencia a favor de estas personas. Y si esta empresa, con todos los abogados y los recursos que tiene para pagar investigaciones y en la misma cuna del glifosato, no puede demostrar que los agrotóxicos son inocuos y han tenido que pagar millones, porque se ha demostrado ante la ley las consecuencias en estas personas afectadas, es un claro ejemplo de que causan efectos nocivos para la salud humana. Y aún más, la desertificación del suelo tiene que ver con el uso intensivo y agresivo de agrotóxicos; cuando vemos las inundaciones tiene que ver con las deforestaciones que vienen acompañadas con este modelo productivo. Los efectos van más allá de la salud humana, sino sobre la comunidades por los productos contaminados que consumen las sociedades y por el medio en el que viven. Entonces comprobación científica de lo que causa hay, lo que no hay es voluntad política para tomar las decisiones correspondientes y llevarlas a la práctica, con legislación que de marcha atrás con este modelo productivo que es el que está ahogando a los pequeños productores".
"Desde Naciones Unidas la Organización Mundial de la Salud recalificó el glifosato como posiblemente cancerígeno y la FAO de la ONU (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) salió a advertir que teníamos que cambiar de modelo productivo porque tal cual estaba, era insostenible. Lo están diciendo los principales organismos que incluso defienden estas corporaciones capitalistas que llevan adelante el modelo. Porque se dan cuenta que llegamos a un nivel en el que no se puede seguir", dijo Geist y agregó: "Desde Monsanto nos habían asegurado que por 100 años no íbamos a hablar más de agrotóxicos, porque con los que habían diseñado iban a controlar las malezas. Investigaciones científicas han demostrado que ciertas malezas ya se han hecho resistentes al glifosato, al 4D, a los distintos agrotóxicos y Monsanto ya está fabricando sustancias mucho más potentes, que envenenan mucho más el ambiente, para hacer frente a esas malezas. En 25 años, ya quedó demostrado que esa promesa fue falsa y ya están planeando envenenarnos con productos aún más agresivos".
Gabriel Geist anheló un pronto cambio del modelo productivo, aunque opinó: "No veo voluntad ni de los productores ni del gobierno para discutir otro modelo productivo. No tenemos que bajar los brazos y seguir planteando este problema y creo que más temprano que tarde, los propios productores se van a dar cuenta que están cometiendo un error y se van a ir volcando a una agricultura más ecológica, menos intensiva de agroquímicos", concluyó.