
A través de un comunicado la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande informó que el río Uruguay ya no seguirá creciendo y que comenzó su etapa de descenso.
Si bien el pescado aumentó menos que otros tipos de carnes, en el rubro opinan que es mucho. La bajante afectó la actividad pesquera y esto impacta en su valor.
Entre Ríos29 de enero de 2022Por sus beneficios nutricionales y un costo menor al de otras carnes, el consumo de pescado se fue consolidando con los años. Sin embargo, en la actualidad la histórica bajante del río Paraná genera una escasez que, según estiman quienes se dedican a la venta en puestos y pescaderías, se irá profundizando ya que la reproducción de las distintas especies de la zona se vio afectada.
En este marco la faltante hizo trepar los precios del sector, y el aumento impactó además en lo que son piezas de criadero, como el pacú. Si bien los incrementos son dispares, según el tipo de pescado, las subas promedian un 70%.
Por ejemplo, en una tradicional pescadería de avenida De las Américas, en Paraná, el kilo de sábalo entero, que hace un año se comercializaba a 199 pesos, hoy se vende a 299 pesos, o sea que subió alrededor de un 50%; y el despinado, que en febrero de 2020 costaba alrededor de 180 pesos el kilo, y un año después pasó a valer 299 pesos, hoy está a 550 pesos el kilo, un 83% más.
El precio del kilo de pacú entero, que estaba a 499 pesos hace 12 meses, pasó a costar 799 pesos, es decir, casi un 60% más; y el despinado aumentó de 699 pesos a 1.190 pesos en un año, es decir, un 70%.
Javier Santana, uno de los propietarios del local, comentó a diario Uno: “Está muy complicado el tema desde hace dos años, y ahora se agravó, porque prácticamente no se consigue nada”.
“El tema de la pesca está en crisis. El río está muy bajo y de los pocos peces que había muchos se murieron con el calor y por la escasez de agua en las lagunas y en las partes de menor profundidad”, dijo, en referencia a la importante mortandad registrada este mes en diferentes zonas, a causa de las altas temperaturas, lo que se suma a la complicada situación del recurso ictícola en su hábitat natural, ya que muchas de las especies que desovan en los ríos y arroyos, y que van aguas abajo cuando hay correntada, no lograron completar el ciclo de reproducción.
Según afirmó Santana, hoy “se consigue a cuentagotas pescado de río, tanto en el Paraná como en el Uruguay”. Y mencionó: “Veremos qué pasa en los meses venideros. Ahora solamente tenemos algo de sábalo, pacú de criadero y algún surubí. Hay demanda pero es muy poca la oferta, y eso hizo que aumente mucho el precio”.
Ante este panorama, observó que “la gente de Paraná, ante la falta de pescado de río, se va adaptando de a poco a consumir productos de mar”. Y señaló: “Hay algunas opciones con precios similares, más que nada en lo que son filet y hamburguesas”.
Ante la consulta de Uno, en una pescadería de calle Millán la respuesta fue similar. Vanina, quien atiende al público, coincidió: “Hoy se consigue muy poco pescado de río, a un precio elevado, obviamente”.
Sobre qué se puede comprar actualmente, indicó: “Se está consiguiendo algún sábalo, algún surubí y esas cosas; y alguna boga de vez en cuando”.
En cuanto a los precios, comentó: “Al kilo de surubí lo tengo a 1.200 pesos la posta, y el filet a 1.500. El kilo de sábalo despinado está a 500 pesos, y el de boga a 850 pesos”.
Por otra parte, refirió: “Un poco se busca mercadería en Paraná, y algunas cosas se están trayendo de Victoria o Diamante”.
Acerca de las subas de precios, analizó: “No sé de cuánto fue el aumento del pescado en los últimos meses, pero fue parejo en lo que es de mar y de río, porque la demanda es superior a la oferta. La verdad es que se está vendiendo mucho”.
Afectados por la escasez
Los pescadores artesanales que se ganan su sustento a partir de la pesca diaria están sufriendo fuertemente la escasez del recurso. Para la mayoría, la situación es dramática.
Muchos salen con su canoa, río adentro, aun cuando llueve o hay tormentas. Otros se resignaron y ante las necesidades se dedican a hacer changas en otras actividades, como albañilería, jardinería y demás.
Carlos López, uno de los pescadores de Puerto Sánchez en la capital entrerriana, contó a Uno, que para vivir de este oficio y que sea mínimamente rentable deben volver a diario con 40 o 50 kilos de pescado, pero hoy es muy difícil llegar a esa cantidad. “Tenés que pagar la nafta y llevar un poco de pan, y que te queden unos 5.000 pesos y una comida para que sirva. Pero hoy se están sacando 20, 25 kilos, o 30 como mucho”, aseguró.
En su caso, se reserva para vender al púbico entre tres y 10 kilos de pescado en su casa cada jornada, según lo que logra pescar, al mismo precio que le paga el acopiador.
Acerca del pique, sostuvo: “Hoy en día está saliendo muy poquito. Se consigue algo de pescado blanco para freír, algún armado, un paticito, un moncholo, pero no mucho. Y mucha gente viene a buscar pescado al barrio todos los días, pero no hay cantidad suficiente para abastecer toda la demanda. Lo vendemos al precio que nos paga el acopiador. Por ahí sale algún dorado, o un surubí. Hace tiempo que no sacamos uno; a nosotros nos pagan 300 pesos el kilo, pero calculo que en la pescadería sale unos 700 pesos”.
Eduardo Escobué, quien también vive en Puerto Sánchez, donde tiene una pescadería y trabaja junto a su papá en un reconocido comedor de pescado, concordó: “No hay nada de pique con la bajante. Está complicado el tema. Lo único que se ven son algunos dorados, pero son chicos”.
“Esta faltante hizo subir los precios. Como no hay pescado en la zona, los que tenemos pescadería salimos a buscarlo en otros lugares, y es mayor el costo. Pero sigue siendo más barato que la carne vacuna”, agregó.
Por otro lado, evaluó: “Además de que no tenemos para vender, no tenemos para cocinar en el comedor, que es lo que más nos conviene. Ahí hace 18 años tenemos una peña y por 900 pesos se puede comer empanadas de entrada, marinera con ensalada y pan, pescado frito y pescado a la parrilla, y viene mucha gente. Ahora mi papá se fue a ver si hay algo en Diamante, que allá se suele conseguir algo de sábalo despinado, o filet. Por lo menos con eso tenemos para defendernos”, concluyó.
A través de un comunicado la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande informó que el río Uruguay ya no seguirá creciendo y que comenzó su etapa de descenso.
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