El grupo Scout “Nuestra Señora del Rosario” cumple 30 años
Mariana Tealdi es dirigente del Grupo ScoutNtra. Sra. del Rosario y en declaraciones a FM Estación Plus Crespo destacó “Cumplimos con el grupo Scout 30 años desde que se formó. Aquella primera formación estuvo a cargo de Eduardo Crespo, su esposa Clarita; Raúl Fisolo y su esposa María Cristina Mantiñán de Fisolo; Claudia Battauz, Zulma Gassmann, Silvina Gassman y Diego Fisolo. Y bueno, ya hace 30 años que venimos tratando de dejar un poquito el mundo en mejores condiciones de las que lo encontramos, que es nuestro objetivo”.
“En la actualidad el grupo está conformado por unas 80 personas entre dirigentes y los beneficiarios que son los chicos”.
Tealdi reconoció que “La pandemia nos hizo bastante daño, ya que tuvimos menos concurrencia y disminuyó el contacto con los chicos. Pero desde el año pasado volvimos a las actividades normales y se fueron incorporando más chicos. Ahora, en total, somos 80 los que participamos”.
Invitó a “Niños y jóvenes que se quieren sumar, todavía seguimos recibiendo chicos en las cuatro ramas que tenemos, que son: Manada, que va de 7 a 11 años; Unidad Scout, que va de 11 a 14; Comunidad Caminantes, que van de 14 a 17; y Rovers, que son los más grandes, de 17 a 21 años. Si hay chicos interesados en incorporarse pueden acercarse los sábados de 14.30 a 18.00 Hs. al lugar de nuestras actividades, detrás de la parroquia”.
Adelantó que “Este sábado 13 de mayo vamos a hacer un festejo interno con una sorpresa para los chicos y el festejo grande lo hacemos en septiembre, siempre acostumbramos en agosto o septiembre a hacer el festejo de la familia”.
Los comienzos:
Allá por 1992, dos matrimonios amigos, relacionados con movimientos parroquiales de Crespo y de Paraná, venían conversando sobre lo interesante que sería abrir un grupo scout en nuestra parroquia. Algunos de sus hijos participaban del Grupo San Roque González de Paraná y estaban muy entusiasmados. Se realizaron contactos, charlas, visitas; se escucharon consejos de dirigentes con experiencia, que contagiaron con su apoyo el entusiasmo necesario.
Tras una entrevista con el cura párroco de aquel entonces, el P. Juan Franck, para ponerle en antecedentes y solicitar autorización, estos dos matrimonios salieron a la búsqueda de más dirigentes para formar el grupo inicial. Tarea no muy sencilla, pero coronada con éxito.
Así fue que para 7 y 8 de noviembre de 1992 marchaban para el Distro Scout “Pago de Los Arroyos” en Rosario, Santa Fe, el grupo integrado por Raúl Fisolo, María Cristina Mantiñán de Fisolo, Eduardo Crespo, María Clara Laferrara de Crespo, Claudia Battauz, Zulma Gassmann, Silvina Gassman y Diego Fisolo.
La Unión de Scouts Católicos de Argentina (USCA) preparaba a los futuros dirigentes o animadores a través de cuatro cursos básicos que se iban brindando en distintas ciudades de la región.
Con el primer curso (“Formación Integral”) realizado, el grupo de dedicó a promocionar la actividad scout en la parroquia, escuelas y clubes y en la comunidad a través de los medios.
Mientras tanto, continuaban las visitas a otros grupos de Paraná y San Benito y recibían a dirigentes como “Pancho” Orunde Ayala, el Negro Pellarini, Sergio Yoria, el Negro Romero y otros, que apadrinaban el proyecto y se ocupaban de preparar a los nuevos dirigentes para un paso importantísimo: realizar la Promesa Scout.
En marzo de 1993, reinició la promoción y comenzaron a inscribir a los interesados, que cada día eran más. Se dio nombre al grupo, “Nuestra Señora del Rosario” y se eligieron los colores del pañuelo scout: Azul (El cielo y el Manto de la Virgen) con franjas verde (La esperanza y la naturaleza) y amarilla (La Luz de Cristo y el sol) que desde ese momento los identifica.
Al fin llegó el 8 de mayo y en el mástil del grupo (armado con una rueda de tractor donada por Don Martín Battauz y caños de agua, con mano de obra municipal) se izó por vez primera la Insignia Patria ante un numeroso grupo de niños y jóvenes que respondieron al saludo del Jefe del Grupo y comenzaron así la historia que hoy cumple 30 años.
Todo era nuevo para todos: oraciones, cantos, juegos, nudos, danzas y fuegos; saludos, llamadas con silbato, mate cocido con galleta, algunos sábados con lluvia, pero nada los detenía.
Y empezaron a aparecer los primeros uniformes para los niños y jóvenes. En aquella época eran de color arena, pantalón/pollera y camisa para dirigentes, Raiders y Rovers; pantalón/pollera azul y camisa arena para scouts y para los Lobatos y Chispitas era pantalón/pollera azul y camisa verde claro.
En el pañuelo se enredaba un cordón blanco, símbolo de pureza, que en los dirigentes tomaba el color distintivo de cada rama.
Inicialmente funcionaban las siguientes ramas: Manada (Lobatos) y Arco Iris (Chispitas) cuyas dirigentes eran Claudia Battauz, Zulma Gassmann, Silvina Gassman y el recién incorporado Baloo (Victor Hugo Canavesio).
La Tropa y la Comunidad Scout a cargo de Eduardo Crespo, María Clara Laferrara y Marita Dittler. Las Comunidades Raider (hoy Caminantes) a cargo de Raúl, Macri, Diego Fisolo y Graciela de Canavesio.
Para Julio de 1993 se realizaba el precurso integral en Paraná, bajo la dirección de M.S. Cristina Panetta.
Con algunas salidas en bici, un pequeño campamento de otoño, llegamos al Primer Campamento Grupal de Invierno y marchamos a María Luisa, donde nos instalamos en un campo de la familia Fisolo. Mucho frío, mucho entusiasmo, primeras experiencias para muchos. Para algunos chicos era la primera vez que se alejaban de sus padres por 4 días, que dormían en carpa, que comían sentados en un tronco, que se quemaban con el mate cocido bien dulce y caliente.
El 25 y 26 de Setiembre los dirigentes realizaban el curso de nivel II en Paraná, bajo la dirección del Com. Nac. Adiestr. Guillermo de Battista.
Su primera procesión acompañando a nuestra Patrona, la Virgen del Rosario, para el 7 de octubre de 1993.
Y se iba finalizando el primer año, con muchas tareas y preocupaciones: las primeras promesas de los chicos y nuevos dirigentes; había que organizar un campamento de verano y se hizo en el predio de la Policía Montada en Diamante y su Balneario Municipal sobre el arroyo Ensenada.
Y llegó enero del 2004 y marcharon a Diamante. Todo un monte en galería para ellos. Senderos entre los arbustos, especiales para dejar rastros. Descampados para los primeros juegos nocturnos. Sombra de viejas higueras negras, espinillos que servían de percha a calandrias, zorzales y cardenales con sus trinos, coros de grillos y ranitas para las frescas noches. Bajar una pendiente de 200 metros de altura que llevaba al balneario; tardes de agua, sol y juegos; ducha y a subir la barranca.
Así comenzó esta historia que cumple 3 décadas este 8 de mayo.