La justicia entrerriana sigue dando muestras de tolerancia cero para con los agresores denunciados por graves episodios de violencia de género. Prueba de ello es el contundente mensaje que resulta de la resolución dispuesta este martes, sobre un hombre de 46 años de edad, que fue aprehendido en Crespo el 14 de agosto pasado, quien afrontó una nueva Audiencia de Garantía, en la que la Jueza Marina Barbagelata prorrogó su prisión preventiva.

Fuentes judiciales precisaron a FM Estación Plus Crespo, que en base a razones de hecho y de derecho, debidamente sustanciadas en el legajo fiscal, este 12 de noviembre se impuso al acusado el tercer período de restricción de libertad, el cual se extenderá hasta el próximo 27 de diciembre inclusive.

Hace casi tres meses, una denuncia instruida en Comisaría Crespo facilitó que se active el protocolo previsto para abordar un grave hecho de violencia. El hombre -pareja de la denunciante- fue acusado de causarle múltiples lesiones, las que posteriormente fueron constatadas y que de hecho, han tornado que el expediente sea recaratulado, pasando de “Violencia de Género” a la tipificación penal de “Lesiones Graves”.

Compenetrada con el suceso de origen, la Fiscal Dra. Eugenia Smith, solicitó en un primer momento la inmediata detención del denunciado. Como en tantos otros casos y con un contundente mensaje de respaldo hacia la labor investigativa que comenzaba a desandar la Unidad Fiscal a su cargo, el Juzgado de Garantías ordenó la captura del agresor y efectivos policiales de la ciudad -como brazo ejecutor- lo materializaron dentro de las incipientes 48 horas.

Allí llegaron los primeros 45 días de prisión preventiva, que fueron cumplidos con alojamiento en la Unidad Penal Nº1 de Paraná.

Durante ese lapso, la Fiscal Smith advirtió un comportamiento reprochable del justiciable, presumiéndose que infringió normas carcelarias: pretendió contactarse con la víctima, logrando realizar una llamada que la perturbó significativamente, tal como lo acreditan los informes interdisciplinarios. Atento a ello y a solicitud de la Fiscalía, se requisó la penitenciaría, hallándose 4 celulares pasibles de peritar, con indicios de que con uno de ellos se efectuó la llamada de amedrentamiento hacia la mujer.

Con ese escenario, el 30 de septiembre el denunciado arribó al Salón Nº 5 de Tribunales, donde se llevó adelante una Audiencia de Garantía, que tuvo como eje las medidas de coerción. Si bien la Dra. Smith pidió la permanencia en la cárcel, la jueza no hizo lugar y accedió a lo interesado por la Defensa, que era pasar a la modalidad domiciliaria. Igualmente, la Dra. Barbagelata ordenó 45 días de prisión preventiva, bajo esa modalidad y con tobillera electrónica, a cumplirse en un domicilio de Santa Fe, previo compromiso de los garantes (morador propietario de la vivienda ofrecida) y habiéndose expedido el Servicio Penitenciario de Entre Ríos respecto de la factibilidad técnica, habida cuenta de la necesidad de un buen servicio de Internet para el funcionamiento del GPS de la tobillera. Asimismo, la policía jurisdiccional fue oficiada para que efectúe controles espontáneos en el domicilio, a fin de verificar el estricto cumplimiento de la medida.

Transcurrido ese plazo, este martes 12, el hombre volvió ante los Estrados y tras las peticiones de cada parte, en el Salón Nº1, la Dra. Marina Barbagelata ordenó la prórroga de la prisión preventiva, por el plazo de 45 días más. El imputado continuará con tobillera electrónica, en el domicilio fijado en Santa Fe. Deberá continuar con el tratamiento psiquiátrico y psicológico oportunamente establecido, del cual deberá presentar informes cada 15 días. De este modo, en el proceso obra el avance del abordaje profesional.

Si bien el garante de la modalidad y el hombre en cuestión son conscientes de las responsabilidades asumidas, sabido es que en un domicilio existe el acceso a medios de comunicación y redes sociales, por lo que sin perjuicio de la restricción de libertad, es de destacarse que hasta el 27 de diciembre inclusive, al hombre tiene prohibido realizar actos molestos y/o perturbadores  hacia la víctima, ya sea en forma directa o por interpósitas personas (a través de terceros), tanto de manera personal como por canales virtuales. Todo ello entendiendo que el completo alejamiento del agresor respecto de la víctima, es por estos tiempos de suma importancia para lograr su recuperación socio-psicológica. Si bien la mujer ha evolucionado favorablemente de las lesiones físicas padecidas, la contención del círculo íntimo y el activo abordaje profesional que recibe, requieren de este tipo de medidas complementarias por parte de la justicia, para el fortalecimiento emocional de la denunciante, aún vulnerable.   

La compleja problemática social de la Violencia de Género, encuentra hoy en la justicia entrerriana, un sólido criterio de intervención. Así lo reflejan los consecutivos rechazos que tuvieron las apelaciones interpuestas por el hombre detenido en Crespo: la prisión preventiva inicialmente ordenada por la Jueza de Garantías, Marina Barbagelata, fue apelada por la Defensa. Con buena sustanciación en sus fundamentos, el Tribunal de Apelaciones –Dres. José María Chemez- confirmó la resolución de la instancia anterior. Un nuevo planteo para morigerar la medida de coerción fue presentada ante la Cámara de Casación Penal y en un contundente fallo suscripto por los vocales Dres. Marcela Badano, Hugo Perotti y Marcela Davite, se ratificaron los actuados y las sentencias recaídas en autos. La sensibilización y concientización en la temática son una buena herramienta de prevención, pero sin dudas, la postura orgánica adoptada por el Poder Judicial de Entre Ríos, también contribuyen a prevenir desde el ideario colectivo de "caso testigo". 

El dictado de aprehensiones es frecuente en los procesos de Violencia de Género, sin embargo la batería de medidas requeridas por la Fiscal Smith, avaladas por la Jueza Barbagelata y refrendadas por los fallos de instancias superiores, han tenido una positiva repercusión en otras víctimas de la problemática fuertemente arraigada en Crespo; al tiempo que las consecuencias para el agresor se han tomado como ejemplificadoras.