Se apagó para siempre el horno de la tradicional panadería Zandomeni: una historia de 51 años en Crespo
Estela Zandomeni, una de las propietarias, dialogó con FM Estación Plus Crespo y compartió los motivos detrás del cierre, marcado por una mezcla de problemas técnicos, desafíos económicos y una profunda emoción por los años de historia que deja atrás.
"Sí, también nosotros hemos sido los sorprendidos", confesó Estela, visiblemente conmovida, al relatar que el cierre se debió a la rotura de su horno a leña, el mismo que durante décadas dio ese sabor único a los panes y productos que tantos vecinos buscaban. Aunque han buscado alternativas, el panorama no fue alentador: "Los que hemos consultado, no nos han dado una respuesta favorable. Es un horno muy antiguo, porque cuando mi padre compró esa panadería, ya habían pasado dos panaderos más por ese lugar", recordó.
El horno, una reliquia que acompañó la historia de la panadería de Rosendo Zandomeni desde 1973, pero que estuvo en funcionamiento desde varios años antes, sufrió daños estructurales que hicieron imposible su reparación. "Mover un ladrillo más, sería como un efecto dominó y se caería toda la bóveda", explicó Zandomeni, recordando con nostalgia cómo ese mismo horno fue el centro de producción de las galletas, panes y bizcochos que deleitaron a varias generaciones de crespenses.
Horno y máquinas antiguas
Explicó Estela que “ese horno es uno de los más tradicionales. Ni siquiera las máquinas se habían cambiado. Son máquinas grandes, el horno siempre fue a leña, por eso la característica del pan, el sabor que tiene el pan, y las máquinas son también de muchos años atrás. Tengan en cuenta que lo que es la amasadora, es una máquina que estaba preparada para trabajar cinco bolsas de harina de 50 kilos”.
Los productos preferidos de la gente
La panadería Zandomeni no sólo fue conocida por su producto estrella, el pan francés crujiente, el pan de viena para choripanes, las galletas chicas para las picadas o el mate, los famosos bizcochitos de hojaldre, sino también por sus tortas negras, las famosas masitas de azúcar rubia y las tortitas caseras que recordaban las recetas de su madre, Elva Ostorero.
“Los días martes eran las famosas masitas de azúcar rubia, que todos le decían de chocolate. Las últimas que hicimos fue el martes pasado (21 de enero). Volaron todas, casi el mismo día”.
Sin embargo, los tiempos han cambiado: lo que en sus comienzos requería el esfuerzo de seis o siete personas, en los últimos años, quedó en manos de menos cantidad de gente.
Estela, recordó a FM Estación Plus Crespo, que “después de la muerte de papá, ocurrida en 1997, quedaron al frente mi mamá y mi hermano. Hasta que en diciembre de 2019 mi hermano Rosendo “Bocha” Zandomeni, se alejó de la actividad por problemas de salud. Desde ahí quedamos al frente con mi mamá (que falleció en 2020) y con mi hermana Mónica, y además nos acompañó nuestro fiel empleado, gran trabajador y mejor persona, Jorge Torres”.
"Entre nosotros la hemos sacado adelante lo mejor posible, luego del problema de salud de “Bocha”, quedamos solo las mujeres y Jorge", expresó con gratitud y agregó: "Debo agradecer al albañil que nos arregló el horno en diciembre, Javier Fontana que nos dio una gran mano”.
El cierre ha tocado fibras sensibles entre los vecinos, quienes se acercaron a manifestar su tristeza y agradecimiento. "Más de un cliente se le ha caído una lágrima", mencionó Estela, emocionada. Para ella, estos gestos reflejan los lazos construidos a lo largo de los años: "Uno agarra mucho cariño a la gente, charlás con uno, con otro, y se hace una relación muy linda".
Sobre el futuro, la propietaria dejó claro que, la panadería no reabrirá sus puertas. La decisión, aunque difícil, parece estar marcada por el cierre de un ciclo: "Es mucho sacrificio, son muchas horas. Después de la partida de mi mamá y la enfermedad de mi hermano, nos tocó ponernos esto al hombro e hicimos lo mejor que se pudo", afirmó.
Con más de medio siglo de historia, la panadería Zandomeni deja un legado que permanecerá en la memoria colectiva de Crespo. "Gracias a Dios, muchos han estado conformes. Hemos recibido muchos mensajes lamentando el cierre", expresó Estela, quien concluyó con un mensaje de agradecimiento a clientes, amigos, proveedores y a quienes, de una u otra manera, formaron parte de este viaje "Misión cumplida", cerró con un suspiro y la emoción de haber escrito, junto a su familia, una parte importante de la historia de su ciudad.
Los Zandomeni y una historia panaderil familiar
Rosendo Zandomeni junto a su esposa Elva Ostorero y parte de la familia Zandomeni, se mudaron desde la zona rural donde vivían, a la ciudad de Paraná a mediados de la década del ´60. En la capital provincial, junto a otros familiares montaron un emprendimiento de panadería. Posteriormente, decidieron dejar esa sociedad y afincarse en Crespo, lugar al que llegaron el 22 de diciembre de 1973 y tomaron las riendas de una panadería, que ya funcionaba en ese lugar, y le hicieron las remodelaciones necesarias para modernizarlas. El negocio y la vivienda familiar de los Zandomeni se encuentra sobre Avenida Seri a pocos metros de calle Irigoyen.
Su horno y su historia se apagaron tras 51 años y un mes.