La licitación contó con tres oferentes: Obring, Cosyser y Autovía Construcciones y Servicios, y marca el inicio del nuevo esquema de concesiones viales diseñado por el gobierno.
La rosarina Obring SA es una de las empresas de obra pública reconocida, con una extensa trayectoria en infraestructura urbana y vial, principalmente en Rosario y la provincia de Santa Fe. Entre sus trabajos más destacados figuran la avenida Circunvalación de Santa Fe, rutas provinciales y nacionales, la doble traza de Wheelwright, la reconstrucción del muelle del parque España, el Acueducto Centro y el Aliviador III. También realizó el acceso al aeropuerto de Rosario y actualmente está reconstruyendo la pista de esa terminal, entre otras acciones relevantes.
Con la adjudicación del puente Victoria - Rosario, la firma refuerza su perfil como referente de la ingeniería civil con base en Rosario y amplía su participación en proyectos estratégicos de conectividad nacional.
El nuevo esquema de concesiones
Esta licitación nacional forma parte de la Red Federal de Concesiones, el modelo con el que el gobierno nacional busca transferir al sector privado la gestión de corredores viales clave, aunque finalmente el financiamiento contará con apoyo estatal.
A dos días del cierre del llamado, el Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice) anunció la apertura de una línea de crédito especial destinada a los oferentes, a través de un fideicomiso de garantía y fondeo. De esa manera, las empresas que resulten adjudicatarias contarán con respaldo financiero del Estado, pese a que inicialmente se había anunciado que las concesiones no implicarían aportes públicos.
El comunicado del Bice detalló que el financiamiento fue diseñado “en el marco de la licitación 504-0007-LPU25, lanzada por la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía de la Nación para el Tramo 1 de la Red Federal de Concesiones”.
Un puente clave para la región
El puente Victoria - Rosario, inaugurado en 2003, es una de las infraestructuras más estratégicas del país: une las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, articula el corredor bioceánico y concentra un flujo diario de miles de vehículos particulares y de carga.
Con la nueva concesión, se espera que Obring asuma la administración y mantenimiento del tramo bajo un esquema de peaje actualizado y control de servicios, en línea con los estándares fijados por el Ministerio de Economía.
El plazo de concesión: 30 años
El plazo de la concesión de la ruta a Rosario es de hasta 30 años, según los distintos puntos a tener en cuenta del pliego preliminar.
En una audiencia pública llevada a cabo a principio de este año en la Ciudad de las Siete Colinas, se dieron detalles de las obras iniciales, aquellas que la adjudicataria deberá realizar dentro de los primeros tres meses. Se trata de tareas de bacheo superficial y profundo, y eliminación de deformaciones del borde de la calzada y de hundimientos, “que presentan una cierta urgencia”, había indicado Martín Nahuel Zangirolami, subgerente de Atención al Usuario de Vialidad Nacional, al abrir la audiencia.
Otras de las obras importantes es el calce de banquinas, el sellado de fisuras, corte de pasto, limpieza de la zona de camino y reparación de juntas. Además, se repintarán en su totalidad los casi 60 kilómetros de trayecto.
El otro tramo: la “Ruta del Mercosur”
El otro segmento licitado el martes, denominado Tramo Oriental, comprende las rutas nacionales 12 y 14, conocidas como la Ruta del Mercosur, una vía estratégica que conecta el norte del país con los pasos fronterizos hacia Brasil y Uruguay.
En este caso, la ganadora fue la empresa Autovía Construcciones y Servicios SA, que presentó una oferta de tarifa de peaje de 3.563,45 pesos, inferior al tope oficial de 4.300 pesos y a la tarifa de referencia de 3.700 pesos. Detrás quedaron Rovella Carranza, Paolini y Benito Roggio e Hijos, empresas tradicionales del sector vial argentino.
Con estos resultados, el gobierno nacional completa la primera ronda de concesiones viales bajo el nuevo modelo de gestión y financiamiento, reactivando un esquema que combina capital privado con apoyo crediticio del Estado para sostener la infraestructura estratégica del país.




















