La monja sor André,  reconocida desde abril último como la persona más longeva del mundo, falleció este martes a los 118 años en la ciudad francesa de Toulon, al sur del país.

Su nombre real era Lucile Randon, aunque luego se convirtió en Hermana André cuando tomó los hábitos religiosos, murió en un hogar de ancianos, "mientras dormía", según informaron las autoridades del establecimiento.

Sor André había nacido el 11 de febrero de 1904, en la ciudad meridional francesa de Alès, y era la persona viva más anciana del mundo, según la lista de clasificación mundial de supercentenarios del Grupo de Investigación Gerontológica (GRG). Por su parte, el libro Guiness de los Récords le confirió ese rango el 25 de abril de 2022, tras el fallecimiento, a los 119 años, de la japonesa Kane Tanaka.

En 1944, y ya con 41 años, se unió a la Congregación Hijas de la Caridad, donde siempre trabajó cuidando a personas mayores. A lo largo de su vida, la religiosa vio pasar a 19 presidentes de su país, pero también fue testigo de innumerables hechos históricos, como las dos Guerras Mundiales, y sobrevivió a la pandemia de coronavirus y también a la de la gripe española, a principios del siglo pasado.