La Hna. Isabel nació en el seno de una familia cristiana y profundamente creyente en Hohenmirberg, Alemania. Tenía dos hermanos sacerdotes. Ingresó a la Congregación en Alemania en 1959, en 1962 hizo su primera profesión misional en nuestro país en la provincia religiosa: Argentina Norte. 

Llegó a la Argentina el 6 de junio de 1963. Una vez en el país realizó sus estudios secundarios en el Colegio Sagrado Corazón de Crespo y finalizados los mismos fue trasladada al Colegio Espíritu Santo de Córdoba, donde estudió el Profesorado de Matemática y Física en el Inst. Católico del Profesorado. 

Posteriormente, se perfeccionó recibiendo el título de Maestra Superior de Catequesis, realizando también un curso de Psicología. Durante su vida en Argentina, tierra que eligió como su nueva Patria, ya que adquirió la ciudadanía, compartió la vida y misión en las comunidades de los Colegios Espíritu Santo, Córdoba; Sagrado Corazón de Crespo y Santa Teresita de Jujuy, como coordinadora de la comunidad, como docente, rectora y apoderada legal.

Su segundo paso por Crespo

En 1987 llegó nuevamente al Colegio Sagrado Corazón de Crespo. Es aquí cuando en 1993, continuando con su labor innovadora en la educación, le toca atravesar un momento difícil como fue el traspaso de las instituciones del ámbito nacional, al provincial. 

Más adelante, como rectora del Inst. de Formación Docente Sagrado Corazón, también trabajó en la transformación del Profesorado de Educación Inicial en el Profesorado de Educación Tecnológica. 

En el año 2001 recibe su jubilación como docente, continuando con otros servicios tanto en el ámbito comunitario, como también en el educativo como representante legal. En 2006 fue trasladada a Córdoba, para formar parte de la comunidad de la casa de formación que había allí en ese momento. En 2007 es trasladada al Colegio Espíritu Santo, allí, además de coordinar la comunidad, se desempeñó como Representante Legal del Colegio. 

En el año 2018, con un problema de corazón agravado, llega al Hogar San José para integrarse a la comunidad de las hermanas mayores, lugar en el que prestó sus servicios en la medida de sus posibilidades. 

Trabajó denodadamente por el bien de la educación impulsando encuentros entre docentes y no docentes de los colegios donde estuvo, además de motivar constantemente para que el personal de las instituciones educativas siguiera formándose. 

Su compromiso con la educación hizo que cada colegio por los que pasó se vieran favorecidos, además, en mejoras edilicias. 

Por ejemplo, en el Colegio Sagrado Corazón de Crespo, conjuntamente con la Unión Padres de Familia, tuvo la satisfacción de inaugurar el playón deportivo. 

El 20 de marzo, durante el momento de la Consagración de la misa diaria, partió al encuentro de Dios, dejando un fuerte testimonio de su profunda vida de oración, especialmente en los momentos más difíciles que le tocó vivir, como también de su total entrega a la misión, especialmente la educativa. Sus restos fueron sepultados en Esperanza, Santa Fe.