La Justicia aplicó este domingo, 90 días de prisión preventiva en la Unidad Penal de Paraná a Alan Domínguez, acusado por el femicidio de su expareja, Brenda Albarenga, ocurrido el viernes último en el barrio Paraná XVI.

La medida la adoptó el juez de Garantías José Eduardo Ruhl a petición de la fiscal María Elizabeth Comas, quien tramita la investigación penal preparatoria. Fue al término de una audiencia que se concretó en Tribunales este domingo.

Brenda tenía 33 años, nació y se crió en barrio Paraná XVI, en la zona este de la ciudad. Todos los vecinos la conocían y la tristeza se podía observar en cada rostro y en quienes se abrazaban en la vereda tratando de encontrar consuelo.

La fiscal Elizabeth Comas imputará por el femicidio a Alan Domínguez, seguramente le dictarán la prisión preventiva y lo condenarán por homicidio agravado por haber sido pareja de la víctima y por mediar violencia de género. Un proceso judicial cantado que terminará con la condena a prisión perpetua de Domínguez, tras ser declarado culpable por un jurado popular, si es que no acuerdan las partes esta sanción mediante un juicio abreviado.

Alan es el hijo de Ariel Domínguez, asesinado el año pasado en el barrio Humito en el marco de una disputa con narcos, por el cual justo esta semana se acordó una condena para dos hombres en un juicio abreviado.

El joven de 28 años tiene antecedentes por violencia y narcomenudeo. Según surge de su prontuario, en 2014 tuvo causas por amenazas y violación de domicilio. En 2022 apareció mencionado en un caso de extorsión. Y el año pasado le dictaron prisión preventiva domiciliaria por una causa por narcomenudeo, pero en una oportunidad quebró ese arresto domiciliario. Sin embargo, continuó en libertad.

Cuando mataron a su padre en marzo de 2023, se comentaba que los conflictos del hijo estuvieron en el trasfondo de aquellos enfrentamientos armados en Humito. Alan estaba viviendo en Bovril, donde tuvo altercados e intervenciones policiales por algún tiroteo, presuntamente por una cuestión de drogas.

Brenda tenía tres hijas, que actualmente viven con su padre. Con Alan se conocieron hace un par de años. En su entorno el joven caía bien, pero al año de relación comenzaron los episodios de violencia, a su vez marcados por el consumo de drogas por parte del muchacho. Algo que coincide temporalmente con la muerte violenta de Ariel, su padre.

En las últimas semanas la violencia creció. Esta semana, Brenda denunció a Alan en la Unidad Fiscal de Violencia de Género. El jueves, la Policía notificó a Domínguez en su vivienda de una restricción de acercamiento a su expareja. El viernes fue a la casa y la mató.

Domínguez ingresó al departamento ubicado en la planta alta del barrio, por calle Clark, en la siesta de este viernes 7 de junio. Tenía la decisión tomada: ahorcó a Brenda hasta cegar su vida. En medio de la discusión previa, el niño de 11 años que presenció todo el ataque agarró un celular y llamó al 911. Domínguez arrastró a Brenda hasta la escalera y pedía a los vecinos que llamaran a una ambulancia. Decía que estaba descompuesta y se retiró diciendo que iba a buscar ayuda. La gente que se acercó notó que no reaccionaba. La subieron a un auto particular y la llevaron al Centro de Salud Ramón Carrillo. Allí constataron que ya había fallecido.

Cuando los policías de la comisaría 16° llegaron al lugar hablaron con los vecinos quienes les dijeron que Brenda estaba con Domínguez y les señalaron hacia dónde se había ido. Los efectivos recordaron que el día anterior lo habían notificado por las restricciones y fueron a buscarlo. Lo encontraron a tres cuadras y lo llevaron a la comisaría, aún sin saber bien lo que había pasado.

En el centro de salud, el médico policial y el médico forense advirtieron las marcas en el cuello de Brenda, compatibles con ahorcamiento. Esto sería corroborado por la autopsia, consignó Entre Ríos Ahora.