Por primera vez desde la asunción del presidente Mauricio Macri, hace más de dos años, una entidad ruralista salió con los tapones de punta a fustigar la política macroeconómica de la administración de Cambiemos.

La Sociedad Rural de Gualeguay, a raíz de la añeja y profunda crisis que atraviesan los productores de leche, especialmente los pequeños y medianos, señaló que Macri “no hizo nada” por los tamberos y responsabilizó a la política macroeconómica de la Casa Rosada de dejar “en la ruina” al sector lechero.

No obstante, la entidad admitió que sería “un grave error acusar de los males del sector” al actual gobierno porque la crisis de la lechería lleva “décadas de desaciertos, negligencia e inacción”, al tiempo que expresó su desilusión porque “confiábamos que un equipo preparado pudiera revertir la situación con medidas concretas”.

Los costos de producción, mayoritariamente en dólares, y los precios de la leche en tranquera de tambo, pagados en pesos, son “un combo imposible de sobrellevar”, argumentaron los integrantes de la Comisión Directiva de la Rural de Gualeguay, quienes, además, se lamentaron porque “son muchos los tamberos que quedaron en el camino”. Con ellos, advirtieron, “se perdieron puestos de trabajo en el campo, arraigo rural y las escuelas quedaron desiertas”.

El pronunciamiento de los gualeyos sorprende, básicamente, por dos razones: se trata, por un lado, del primer cuestionamiento de magnitud efectuado por el ruralismo a la política económica oficial, dado que hasta ahora las críticas habían sido más bien generales y el acento estaba puesto en las gestiones anteriores; y, por el otro, porque los productores agropecuarios votaron masivamente a Cambiemos en las elecciones presidenciales de 2015 y también en las legislativas de 2017.

Ahora, en cambio, si bien se reconoce que la crisis de la lechería es preexistente, el énfasis está puesto en la gestión de Macri, al punto que ya no solicitan sino que exigen al gobierno nacional “una solución urgente e integral a la severa crisis” que atraviesan.

FIN DEL ROMANCE

Cada vez que asume un gobierno, los analistas hablan de que hay una “luna de miel” que suele durar cien días. En el caso de la relación de los productores agropecuarios y la administración de Cambiemos, la “luna de miel” duró bastante más –algunos dirán, incluso, que todavía continúa–, pero para Jorge Chemes, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), “se terminó el romance” con Macri. Por lo menos el romance de los tamberos.

Chemes, productor de leche, le dijo a EL DIARIO que lo expresado por la Comisión Directiva de la Rural gualeya no es otra cosa que “la verdadera situación de la lechería” en la Argentina.

La realidad es que “se terminó el romance” porque la situación del sector agropecuario, en general, se ha complicado. “Lo único que más o menos está funcionando es la ganadería, el tema carnes, porque la agricultura tiene problemas y este año además con la sequía la cosa se va a complicar, las economías regionales no marchan… y de la lechería mejor ni hablar”, expresó el nogoyaense.

Los reclamos

La Sociedad Rural de Gualeguay, concretamente, reclama al gobierno nacional las siguientes medidas:

• Eliminar los regímenes de retención de IVA y Ganancia a un sector que genera quebrantos y saldos a favor.

• Hacer operativo el anuncio ya efectuado para que el Banco de la Nación otorgue una línea de crédito por tres liquidaciones mensuales de leche para recomponer capital de trabajo, y que su pago se descuente mensualmente de la usina.

• Establecer legalmente la obligatoriedad de las empresas lácteas a pagar a los productores vía transferencia bancaria a los siete días posteriores a la entrega de la leche.

• Reducir la carga laboral a un sector altamente intensivo en mano de obra.

• Reducir el costo tributario de la electricidad que puede llegar a más del 35% del costo de la factura eléctrica.

• Exigir a los Estados provinciales el cumplimiento del pacto fiscal que prevé la eliminación del impuesto sobre los Ingresos Brutos.

• Firmar acuerdos legales con las provincias de forma tal de lograr que éstas mantengan la red vial rural en condiciones aptas para poder entregar la producción.