“Estos grupos aprovechan la extrema vulnerabilidad económica de mujeres jóvenes, muchas veces menores, para captar, explotar y finalmente desechar sus cuerpos. Esto habla de una violencia de género con características muy particulares dentro del crimen organizado”, indicó.
Florencio Varela, donde ocurrió el hecho, tiene medio millón de habitantes, y el 70% de ellos no tiene acceso a cloacas. "Es un territorio marcado por la exclusión, donde el narco aparece como único actor visible. Hay un nuevo sujeto social: el narco del barrio, con poder de consumo, motos, celulares, casas. Esa figura seduce, sobre todo a jóvenes sin oportunidades", explicó el fiscal.
Violencia Narco
También comparó el impacto cultural del narcomenudeo en Argentina con los modelos de los cárteles colombianos y mexicanos: “Antes hablábamos de Sinaloa como algo lejano. Hoy tenemos fenómenos muy parecidos en nuestro propio territorio”.
En cuanto a la situación en Paraná, Dato fue cauto. Reconoció que si bien se trabaja activamente desde la Justicia contra el narcomenudeo, aún no se han registrado crímenes con esta lógica tan explícita. Sin embargo, no descartó que algo similar pueda ocurrir si no se actúa a tiempo.
El fiscal insistió en que la clave es entender el crimen no solo desde el Código Penal, sino desde una perspectiva integral: género, clase, territorio, narcotráfico y Estado ausente. “Estas mujeres fueron engañadas y asesinadas en un acto de crueldad inhumana, pero también fueron víctimas de un sistema que las empujó a un destino trágico. Lo urgente es visibilizar esta violencia y generar políticas públicas concretas que la enfrenten”.