Dalmiro Sosa integra la nómina de la conducción local que surgió electa en los últimos comicios docentes, en representación de los educadores jubilados. En marzo asumiría tal rol en la filial que nuclea a los maestros de Crespo y Seguí. Sin embargo, esta semana una decisión del Gobierno Nacional sacudió a este grupo de trabajadores: por decreto, Mauricio Macri fijó el piso salarial docente en $11.400, eliminando la paritaria nacional y dejando en manos de las provincias la discusión de aumento, que queda sujeta a las posibilidades económicas de cada una. En ese contexto y en declaraciones a FM Estación Plus 94.3, Sosa analizó: "Es una acción más de la revancha y el avasallamiento de los modelos neoliberales. La Ley de Financiamiento Educativo fue el avance más importante que se haya hecho en educación en los últimos años, allá por el 2005. No sólo porque se aumentó el presupuesto, sino por se estableció la responsabilidad de la Nación para con las Provincias. Se tornó indelegable la obligación de Nación de sostener el sistema educativo, de ayudar y sostener a las Provincias, porque en definitiva somos una República. Esa es una medida de equidad, porque sino vas a discutir con Vidal y habrá un acuerdo, con Bordet será otro y así. Pero hay Provincias que están financieramente muy empobrecidas y ahí qué pueden conseguir los docentes si no hay recursos. Por eso el Estado Nacional equiparaba, para llegar a un mínimo y que nadie se quede sin eso. Hoy se elimina la contribución de Nación. Se han ido sacando de encima las asignaciones, la ayuda a las provincias y todo lo hacen discrecionalmente".

Mediante el mismo decretó también se modificó la composición de la mesa de discusión. Hasta ahora, la representación docente era ejercida "por las asociaciones sindicales con personería gremial y ámbito geográfico de actuación en todo el territorio nacional, proporcional a la cantidad de afiliados". Ahora, habrá un representante gremial por cada uno de los tres gremios mayoritarios. Al respecto, el ex docente crespense opinó: "Quieren tomar el poder quitándole fuerza a los sindicatos. Resulta que al presidente le sirve la representatividad en el Senado, le resulta interesante en el Consejo de la Magistratura, pero para los docentes no quiere ese sistema. Quieren discusión por sindicatos, todo es para que haya que obedecer o te hechan, como si esto fuese una empresa privada, que vaya cada uno a arreglar con el patrón. Empiezan a instalar el miedo. El reclamo del docente de Buenos Aires o el de Jujuy merece tener la misma fuerza y el mismo peso. Ahora el sindicato de Jujuy hace un reclamo y nadie se entera, pero los porteños salen a la calle y se les complica. La individualización sólo lleva a una disminución en la presión que puede ejercer la clase trabajadora". Asimismo, Dalmiro Sosa celebró que se recurra a la Organización Internacional del Trabajo para derimir esta cuestión y no en la justicia: "No vamos a ser ingenuos que había vinculación, pero hoy ya es descarado lo que pasa con la justicia, ya son avasallamientos sobre cuestiones de derecho fundamental. Es una lástima que los argentinos no seamos capaces de darnos cuenta de las consecuencias".