Hermana Catalina: "Dios llama a los jóvenes, pero la sociedad misma está muy aturdida"

Previo al Día del Misionero y del Animador Bíblico, tuvo lugar en la provincia de Santa Fe una gran convocatoria de monjas, que se movilizaron desde diferentes puntos de Argentina. Al respecto, la Hermana Catalina Roskop, refirió a FM Estación Plus Crespo: "Anualmente tenemos un retiro, de 6 días, y generalmente el predicador es algún sacerdote y si falta, alguna religiosa. En esta oportunidad, tuvimos a la Hermana Liliana Badaloni, que pertenece a las Vocaciones Dominicas, que vino desde Buenos Aires. Se reflexionó sobre lo que nos consagra, los santos votos y las constituciones. Se realizó en Esperanza, provincia de Santa Fe, donde se encuentra nuestra casa y eramos 18 religiosas".
"Las misioneras Siervas del Espíritu Santo de vida activa, nos dedicamos al trabajo apostólico, educativo y hospitalario. Después están las de Clausura. Siempre hay que tener presente que misionero significa 'ser enviado', por lo que una no tiene que apegarse a ningún lugar, sino escuchar, ver la necesidad y actuar. Eso a un misionero de vocación, lo motiva mucho. Aunque cambiemos de provincia, de localidades, de costumbres de vida, es una satisfacción", afirmó.
La Hermana Catalina es jubilada docente y sobre su carrera refirió: "Soy oriunda de Valle María, y una vez que me puse el hábito, estuve en Santa Anita, Diamante, Córdoba, Jujuy, Crespo y Las Cuevas. Siempre viendo las necesidades prioritarias de cada Colegio, ya que la Congregación donde hace falta una religiosa en la educación, nos envía".
Acerca de su fuerte compromiso como misionera, Roskop indicó: "Cuando me jubilé tuve el deseo de ir más lejos que los límites de este país, pero como la comunidad nuestra también se reduce en cuanto a la cantidad de Hermanas en el país, debemos dedicarnos a ir a los lugares más necesitados que hay en esta Nación. Se han establecido nuevos puntos, como Santiago del Estero y Salta, donde se está trabajando hace unos años en las comunidades aborígenes".
La religiosa lamentó que se haya disminuido significativamente la cantidad de mujeres que dedican su vida a la Misión y en tal sentido, reflexionó: "Ser Misionera es un don tan grande, fue concedido por el Señor. Dios llama a los jóvenes, pero la sociedad misma está muy aturdida, con muchas cosas externas e internas. Son muchos los medios tecnológicos que absorben a las nuevas generaciones y Dios no puede hacer escuchar su voz. Uno siente el llamado, pero hay que estar predispuesto a escuchar. No significa que no hay que usar celulares o computadoras, porque nosotras tenemos la tecnología a favor de la Misión, para comunicarnos en forma personal con nuestra familia, entre nosotras; pero es una riqueza que hay que saber emplearla bien, para no perder el rumbo", concluyó.