La Iglesia pidió que el pueblo "no sea sometido" a los nuevos colonialismos: económico y cultural
Una vez más, la Iglesia Católica orientó su invocación alusiva a una fecha patria, vinculando estrechamente la palabra de Dios con el contexto en el que se encuentra el pueblo argentino. En Crespo, el Padre Rubén Schmidt puso énfasis en "pedir al Señor que nos libre de los nuevos colonialismos que quieren someternos".
En el acto oficial por el 202º aniversario del Día de la Independencia, el párroco replicó el pasaje de Mt. 6,24: «Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero». Seguidamente, agradeció a Dios "por la Patria y por la tierra que nos regalaste; te damos gracias por todos los dones – materiales, humanos y espirituales – con que nos has enriquecido. Te damos gracias por aquellos próceres que, a costa de sus vidas y sus bienes, se esmeraron en lograr la liberación de un poder extranjero que ya no era legítimo".
En ese contexto, el sacerdote afirmó: "Señor te pedimos que nos libres de los nuevos colonialismos que quieren someternos: Del colonialismo económico, que nos quiere hacer creer que la solución a todos nuestros males está en la economía y en el dinero. Ayúdanos a entender que la raíz de nuestros males está en nuestro corazón egoísta y endurecido. Ayúdanos a entender que no podemos servirte a Vos y al dinero. Líbranos de la esclavitud del materialismo y ayúdanos a comprender que sólo Tú eres el Señor, el Único Salvador. Líbranos Señor, del colonialismo cultural que nos quiere imponer la cultura de la muerte y del descarte. Ayúdanos a entender que la vida es el derecho fundamental de cada persona, incluida la apenas concebida; derecho primero sobre el cual se fundan los demás derechos, entre ellos el de la libertad. Ayúdanos a recordar que el sacrificio de niños, entre ellos también enfermos y defectuosos, ya existía en muchas civilizaciones antiguas, en consecuencia no es un signo de modernidad. Precisamente grandes civilizaciones se autodestruyeron por atentar contra el mismo hombre, sobre todo los más indefensos y vulnerables. Señor, líbranos de nuestros egoísmos y del propio interés, ayudándonos a tener más en cuenta a los demás, comenzando por los más débiles, para poder construir una verdadera Patria de hermanos".
"La verdadera libertad se funda en la verdad", sostuvo el Padre Rubén y recalcó el pasaje de Jn 8,31-32: Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres». En tal sentido, el párroco agregó: "La libertad sin verdad es libertinaje; es liberación de los más bajo del instinto animal que hay en el hombre y causa de numerosos males e injusticias".
Finalmente, uniendo la fe y la realidad política de estos días, Schmidt concluyó: "A Tí te suplicamos, Señor, por la Patria y por nosotros, Gobernantes y Pueblo, para que seamos y hagamos lo que nuestros padres soñaron".