Confirman la condena a un crespense detenido por liderar una poderosa banda narco

Judiciales 24 de agosto de 2022 Por Estación Plus Crespo
El hombre es comisionista y administrador de campos. Su pareja, también detenida, era una importante hacendada, oriunda de Concordia, pero con campos en Corrientes. Una historia de amor y narcotráfico.
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María Hilda Calabrese junto a Florentino Niemiz y otros imputados

María Hilda Calabrese es hacendada de alcurnia, dueña de la estancia más emblemática de Santo Tomé (Corrientes) por extensión y belleza. En abril de 2017 fue condenada a 20 años de cárcel como integrante de una organización multinacional que ingresaba cocaína a la Argentina usando avionetas. Además del monto casi inédito de la sentencia, por su severidad, la Justicia también ordenó que le decomisaran 7.400 hectáreas de las estancias "Santa Ursula" y "Santa María del Aguapey", ubicadas en la zona de los Esteros del Iberá. 

"Ella quedó enredada en todo esto por el amor, o pasión, que le tenía a su pareja Florentino Niemiz. Fue él quien le arrendó los campos de las estancias a un narco brasileño", contó una allegada a la mujer detenida en el "Instituto Pelletier", la cárcel de mujeres de Corrientes.

Según datos recabados por Estación Plus Crespo Florentino Niemiz, conocido como “Fiorito” nació en Crespo, el 6 de marzo de 1969. 

María Hilda Calabrese era kinesióloga e instructora de yoga, pero nunca ejerció ya que vivió con los lujos de una familia hacendada con unas 7.400 hectáreas en los Esteros del Iberá. 

Niemiz, nacio en Crespo, trabajó como comisionista y luego se dedicó a la administración de campos. En la actividad agropecuaria se conocieron y durante muchos años mantuvieron su relación oculta, hasta que María Hilda optó por Fiorito, como llaman a Niemiz, y se divorció de su marido, un veterinario padre de sus hijos.

La historia de la Narcoestancia

El 14 de noviembre de 2013 efectivos de Gendarmería allanaron las estancias de Calabrese. Encontraron alrededor de 330 kilos de cocaína —algo inusual para una ruta natural en el tráfico de marihuana paraguaya como es Corrientes—, cuatro avionetas, un tanque con combustible para ellos y armas, todo lo cual fue secuestrado en el lugar. "Tenían una logística importante con una pista de aterrizaje casero de mil metros, un camión tanque con bomba eléctrica para surtir de combustible a las aeronaves, teléfonos satelitales, equipos de comunicación, radios, GPS y hasta un generador de energía eléctrica en el campo y su trayecto a la casa. La banda se dedicaba a traficar cocaína en tránsito aéreo entre Paraguay y Brasil y usaban a la Argentina como base soporte para traficar sin ser detectada", indicó él entonces secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.

El diario La Capital describe que las estancias de Calabrese, "Santa Ursula" (sobre la ruta provincial 12) y "Santa María del Aguapey" están en inmediaciones del río Aguapey, en la frontera con Brasil. Contaban con improvisadas pistas de aterrizaje sobre la tierra de alrededor de entre 700 y 1000 metros de largo, algo que no es anormal en campos de esas dimensiones. Las estancias están ubicadas a 430 kilómetros de la capital provincial y a 100 kilómetros de Santo Tomé. 

"Los campos de la estancia Santa María, Niemiz se habían arrendado a un ciudadano brasileño. El arrendamiento era por los campos y no por el casco de la estancia. Eso provocó un cisma importante cuando estalló la causa porque varios de los hijos de María Hilda seguían yendo regularmente al casco de la estancia si saber que a unos cientos de metros había gente armada hasta los dientes custodiando droga", explicó un conocedor estrecho de la familia Calabrese, que pidió reserva de su nombre.

La justicia dejó firme la condena

La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la pena de 20 años de prisión contra la hacendada María Hilda Calabrese, condenada por organizar una banda que se dedicaba al transporte internacional de estupefacientes desde la provincia de Corrientes, informaron este martes fuentes judiciales a El Litoral de Corrientes. 

Calabrese operaba junto a su pareja, Florentino Niemiz, y al coimputado Carlos Pacheco, en el marco de una organización criminal internacional dedicada al tráfico ilegal de estupefacientes al menos desde junio de 2013.

El 11 de abril de 2017, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes condenó a Calabrese a 20 años de prisión y multa, como organizadora de una asociación ilícita,  en concurso real con el delito de transporte de estupefacientes, agravado por la cantidad de intervinientes.

Calabrese presentó un recurso extraordinario, en el que la defensa oficial alegó la vulneración del derecho al doble conforme, incumplimiento del estándar de revisión fijado en “Casal”, violación de los principios de inocencia, culpabilidad (por el monto de pena impuesto) y propiedad (por el decomiso ordenado y por la imposición de las costas).

El rechazo de ese recurso motivó la presentación de la queja, en la que se reiteraron los agravios. La Corte, por unanimidad, desestimó dicho planteo.

María Hilda

Quienes conocen a María Hilda Calabrese la describen como una "mujer de alcurnia de gustos caros —joyas y cremas— que jamás lavó un plato o cocinó en su vida. Ella estudió kinesiología en Corrientes, pero nunca ejerció. Siempre fue «ama de casa» y se ocupó de la crianza de sus hijos". Pero que sin embargo "supo tener una vida sin ostentaciones, un valor que le transmitió a sus cuatro hijos.

Ellos viven en Santo Tomé y toda la familia se movía con un sólo vehículo. Nadie en la localidad sentía que era gente que tenía mucha plata. A pesar de lo que tienen son gente de perfil bajo", alertó el allegado.

Nacida en Concordia, Entre Ríos, María Hilda estuvo casada con un veterinario, padre de sus cuatro hijos entre 20 y 30 años, hasta hace una década cuando se separó de hecho. "Mientras vivieron juntos él fue el administrador de los campos", indicó el vocero.

Según contaron en Santo Tomé, María Hilda mantuvo un romance con "Fiorito" Niemiz, quien era administrador de campo. Esa relación hizo que la mujer debiera optar y se separó de su esposo.

Apostó y perdió. "No fue una relación pública, o de exposición. Fue todo muy a las sombras. Pero cuando esa relación fue conocida por la familia terminó con su matrimonio. Pero no es que a partir de entonces María Hilda hizo vida social con Niemiz. Lo hacían cuando viajaban a Corrientes o Buenos Aires. Pero en Santo Tomé no se mostraban", indicó el vocero. María Hilda, dos de los hijos de María Hilda y su ex esposo continuaron viviendo en Santo Tome, ubicado a 390 kilómetros de Corrientes y a escasos 15 kilómetros de la ciudad de Sao Borja, en Brasil.

"Los Calabrese son reconocidos hacendados en la zona de Alvear y Santo Tomé. Tienen estancias en esos lugares de toda la vida. Y la «Santa María de Aguapey» es la más representativa de la zona. Por linda y por la riqueza de sus tierras", explicó el allegado.    

Una vez que estalló el escándalo narco en sus estancias Calabrese se presentó ante la Justicia para mostrar los contratos de "arrendamiento y de pastaje sobre los campos" que llevaron a cabo Niemíz (en su nombre) y el ciudadano brasileño Silvio Andrade De Lima Borges, también conocido como "Max", hoy prófugo de la Justicia. El contrato fue por "un total de 2.640 hectáreas de la mencionada estancia para la explotación de cría y/o recría de ganado vacuno" según el acta de elevación a juicio. Calabrese terminó presa en el Instituto Pelletier. 

En principio Niemiz estuvo prófugo y luego se presentó espontáneamente en la Justicia. Fue procesado por el delito de organizador de almacenamiento, transporte y distribución de estupefacientes. En la segunda jornada del juicio, Niemiz declaró ante el tribunal. Dijo que había colaborado con la investigación de Gendarmería, que había señalado a los narcos brasileños y que María Hilda nada tenía que ver. "Ella contó que durante el juicio se cruzaron pocas veces. Que ella lo miró y él agachó la cabeza", describió el vocero.

"Los que la conocen a la única conclusión que llegan es que todo esto le pasó por amor. Se dejó llevar por el «Fioro» y terminó condenada por narcotráfico", sentenció el vocero. En pocos días se conocerán los fundamentos de la sentencia. Tal vez allí se filtre una explicación del rol de una hacendada que cambió una vida opulencia por dos décadas de cárcel.

La hacienda, punto de acopio de la cocaína

"Con anterioridad al día 14 de noviembre del año 2013 han conformado una asociación ilícita, poniendo en marcha una organización criminal, con componentes internacionales, dedicada al tráfico ilegal de estupefacientes; cumpliendo para ello varios roles distintos, desplegando su accionar por diferentes puntos geográficos de la Argentina y de países vecinos (Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil), con epicentro en la ciudad de Santo Tomé, provincia de Corrientes, donde utilizando la infraestructura de establecimientos rurales, situados en una zona limítrofe con Brasil y Paraguay, como ser las estancias «Santa Ursula» y «Santa María del Aguapey» (propiedades de Calabrese) recibían proveniente del exterior una importante cantidad de sustancia estupefaciente —cocaína— que luego de ingresar al territorio nacional a bordo de aeronaves particulares que aterrizaban en esos predios, era acopiada transitoriamente en diferentes ámbitos físicos de las estancias, para luego nuevamente ser trasladada hacia otros lugares de Argentina y de países fronterizos", explicó el fiscal Carlos Schaefer en su elevación a juicio.

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