La inexistente firma comercial le ofrecía 100 mil pesos. Para ello, debía realizar unos depósitos en calidad de inicio de la tramitación y de diferentes costos administrativos, a nombre de una mujer de nacionalidad peruana, que ascendieron en total a 19.600 pesos.

Más adelante, la misma mujer se contactó nuevamente con la víctima federaense ofreciéndole dinero y, ante la imperiosa necesidad que tenía de obtener un préstamo, reinició las negociaciones.

Con el mismo ardid y engaño, la convencieron para realizar más depósitos de distintos montos para obtener su tan ansiado préstamo, esta vez a nombre de un hombre y una mujer de Mendoza, por la suma de 15 mil pesos.

En el transcurso de los días, ante la falta de novedades sobre el préstamo de 100 mil pesos, advirtió que se trataba de un “cuento del tío” y denunció lo sucedido a la Jefatura Departamental de Policía, que dio inicio a tareas investigativas.