Transportista de Crespo quedó en medio de una balacera en Buenos Aires: el camión recibió 9 impactos de bala
En el mediodía de este miércoles, Carlos “Cachi” Aguilar, arribó a su ciudad natal después de una desagradable experiencia que vivenció en su último viaje, al atravesar la zona del partido bonaerense de Glew. En declaraciones a FM Estación Plus 94.3, el camionero y propietario de la empresa de transporte que lleva su nombre, contó: “Ahora estoy más tranquilo y lo primero que digo es que doy gracias a Dios de estar vivo, porque es una experiencia nunca vivida en 55 años de camionero. Iba detrás del patrullero, porque había tenido seis cuadras antes un accidente, toqué una moto y se lastimó una persona. Tenía que ir a la comisaría a hacer la denuncia. Ibamos por la avenida Hipólito Yrigoyen en Glew, Provincia de Buenos Aires, porque la policía me había dicho que a cuatro cuadras y doblando a la izquierda, era la comisaría. Hicimos ese recorrido, pero el patrullero dobla y entra a la estación de servicios, lo que me llama la atención. Venía a 60 metros detrás aproximadamente, porque ellos llevaban mi carnet de conducir y la documentación del camión. Voy a doblar y siento que empieza el tiroteo. Puse balizas, freno de mano y me tiré en el piso del camión, porque no sabía lo que pasaba. Fueron 5, 10, 15 minutos, la verdad que no podría especificar cuánto, pero fue un tiro atrás del otro. Cuando más o menos se calma todo, me levanto del piso del camión y veo que la policía salía en persecución de los chorros, para una calle paralela a la estación de servicios. Ahí estacioné bien y quise bajarme, pero estuve más de media hora sentado arriba del camión, no sabía cómo hacer para bajarme. De los años que tengo, nunca, nunca, pasé esto. Tengo 55 años arriba del camión y 70 de edad. Es la primera vez en la vida que pasé esto y todo lo que viví después, porque estuve demorado desde las 11:30 hasta las 23:30 aproximadamente, porque vinieron de Policía Científica los peritos, analizaron los balazos del camión, algunos no se ven incluso porque salieron por arriba del techo. Gracias a Dios a la cabina no le pasó nada”.
"A la experiencia esa no se la deseo ni al peor enemigo que tenga", aseguró Aguilar, denotando las lamentables emociones que lo atravesaron durante y después del violento episodio.
“Ahí en esa zona de Glew, de Longchamp, se vive mucha inseguridad”, dijo el camionero, al tiempo que replicó los primeros testimonios que recabó en la zona tras el suceso: “Había un comerciante muy agradecido, por el tema que con el camión quedó atravesado delante de su supermercado, con lo cual se evitaron muchas muertes, porque estaba lleno de gente comprando. Era sobre la mano derecha, donde venía transitando yo. Este hombre no tenía palabras para agradecer, lo mismo que la gente que estaba adentro”.
La Policía científica contabilizó al menos 9 impactos de bala a lo largo del camión, "afortunadamente ni uno solo dio en la cabina", rescató Aguilar.
La situación cambió la perspectiva que Carlos Aguilar tenía respecto de la inseguridad y de la fuerza de seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Al respecto, sostuvo: "Hay que estar en el lugar de la policía. Lo que vi ahí, es que hay que estar, porque ponen todo. Si un delincuente les tira y los mata, bueno perdió el policía, pero no pueden tirar si antes no tiró el asaltante. Gente muy buena, tanto policías masculinos como femeninos, nos atendieron muy bien. La verdad que siempre pensé que en algún momento iba a ver algún tiroteo, porque en Buenos Aires pasa todo el tiempo, pero esto no se lo deseo a nadie y no deseo volverlo a vivir". En esa misma linea de pensamiento, agregó: "La policía anda. En cuestión de minutos había de 10 a 12 patrulleros, muchos policías, pero me decían después que no tienen sus elementos reglamentarios, los chalecos vencidos, son gente que trabajan porque les gusta eso, porque tienen la obligación ya que no tienen otro ingreso, pero arriesgan su vida minuto a minuto. No saben si vuelven a su casa".
Aguilar contó que está listo para un nuevo viaje. "Ahora voy a unos 4 kilómetros de ese lugar. Es el trabajo nuestro y si nos toca, nos toca. Creo mucho en Dios y que tenemos el destino marcado, porque ahí es cuando pensás cómo te salvaste. Como me quedó el semirremolque con los balazos y que ningino pegó en la cabina, es una suerte única. El remolque tiene 15,50 metros más unos 3 metros de adelante. Es un camión nuevo que compré, el primer viaje que le hacía y tuvo este bautismo".
Aguilar agradeció las muestras de solidaridad que recibió por parte de quienes lo conocen y vecinos que se han contactado, preocupados por su integridad y estado de salud.
Algunos de los múltiples impactos en el semirremolque: