Después de algunas semanas de diagnósticos y evaluaciones, la comisión sostenedora y directivos del Hogar Nuevo Amanecer, le abrieron la puerta a una nueva integrante. Desde hace 10 días, una joven de 22 años, con discapacidad, oriunda de Crespo, comparte sus días con los jóvenes residentes.

Crespo cuenta con este Hogar que aborda, cobija y contiene a quienes atraviesan una situación de vida particular. Es de los pocos en su tipo y eso preocupa a los que soñaron con esta posibilidad, la cual a lo largo de estos 31 años se ha concretado y fortalecido. En tal sentido, Carlos Sigvardt, fundador del Hogar Nuevo Amanecer contó a FM Estación Plus 94.3: “En la provincia existen tres Hogares para jóvenes con discapacidad: uno en Pueblo Liebig, otro Paraná y el de Crespo. Hogares de Menores ya no quedan. Es interesante poder recalcar y llamarnos a reflexionar como sociedad, como ciudadanos de esta Provincia, porque al desecharse la concepción de los Hogares para estos chicos y jóvenes, se generó un vacío. Un chico con discapacidad es considerado mayor a los 20 años y desde ahí hasta los 60 años, conforman una franja en la que se multiplican los casos que necesitan ser albergados por una institución. Fallecen los padres o envejecen y no pueden hacerse cargo de las necesidades de sus hijos, los familiares a veces no pueden hacerse cargo, entonces esas circunstancias tornan que no hay donde alojarlos y no pueden vivir solos. Es una triste realidad. Por mes recibimos uno o dos pedidos de casos que quieren alojamiento en el Hogar, de corazón nos gustaría pero no tenemos más capacidad. A los casos judicializados la Provincia los está enviando a Santa Fe”.

Comprometidos y sensibilizados por una demanda local, el Hogar Nuevo Amanecer materializó una incorporación, sobre la que Sigvardt comentó: “Nos llegó el pedido de un caso de Crespo y consideramos que debe tener prioridad, porque al Hogar lo mantiene la colaboración y solidaridad del pueblo de Crespo, entonces pensamos que tenemos que atender nuestras propias necesidades. Conocemos la historia de esta joven, de 22 años, a sus padres, a ella la conocemos desde que nació y por eso lo evaluamos con la asistente social y la psicóloga. Nos condicionaba aún más el sentir que debemos ayudarla por ser de esta ciudad y fue lo que primó. Queremos que siga viviendo en Crespo”.

“Están muy cómodos”, concluyó Carlos Sigvardt, celebrando que desde noviembre de 2017 los jóvenes residen en la sede propia, un Hogar construido respondiendo a sus necesidades y un mejor confort.